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Residencia: Amplificando caudales Quilleco, Biobío - 2018 Residente: Carolina Opazo
Publicado: 23 de noviembre de 2018
Buscando activar el límite del pueblo con el río Quilleco

Mi objetivo de ampliar colaborativamente las posibilidad de imaginar y experimentar la potencia de los ríos y sus posibles relaciones poéticas con la comunidad, surge porque al llegar a Quilleco en la etapa de diagnóstico percibí que a pesar de la gran cantidad de ríos presentes en la comuna, estos estaban principalmente invisibilizados para los habitantes, hay que escudriñar un poco más para encontrar estas cercanías, estos relatos. La industria forestal se los está comiendo, ya los aisló del paisaje, pero aun así siguen surcando entre medio de bosques de eucaliptus y pinos principalmente. La comunidad con la que trabajo, los jóvenes y las Hebras, no los tenían dentro de sus relatos, ahora de a poco se van amplificando.

Entonces, para profundizar más en mi investigación y llegar a los ríos, me he acercado a Germán que como antes había mencionado, es antropólogo y tiene un estudio sobre los Ngen del agua en Quilleco, él me ha contado hasta ahora ya muchas historias asociadas, una de ellas me llamó la atención porque antaño constituía un hito sonoro en el pueblo, pero que además se asociaba con una comunidad. Se trata de la molienda del trigo para la elaboración de los catutos que antiguamente se hacía en la ribera del río Quilleco desde el pueblo, por familias mapuches que llegaron desplazadas de otros territorios. Durante la noche hacían sus catutos y al moler el trigo con grandes piedras producían un sonido que subía y se expandía en el pueblo.

La idea es abrir el relato a la comunidad, generar una situación en torno a éste. Como mencioné antes, yo acá en Quilleco con la comunidad estoy desarrollando principalmente un trabajo de lectura e interpretación de ellos, y en ocasiones con ellos. Estoy buscando propulsar situaciones, agendando encuentros que no siempre resultan. Pero en fin… con Germán hemos estado constantemente conversando, hilando ideas, dándole vida al relato que está articulándose. Y por lo mismo, al menos con Germán estamos buscando estrategias para convocar a la comunidad a pensar críticamente sobre nuestra relación con los ríos, sus historias, símbolos y significados, donde el hito ahí es la reflexión crítica compartida. Entonces para esta convocatoria estamos trabajando en la proposición de actividades que sean atractivas y que por lo tanto convoquen a reflexionar y/o a experienciar.

Una de estas actividades, es la acción catutera. He conseguido hasta ahora dos piedras con Germán, las Hebras quieren ser parte de la acción, la señora Lidia tiene una piedra más, la señora Guillermina conoce la receta, sería ideal que la acompañara otra persona del sector que también la sepa, que haya hecho catutos con piedras antes. En esta calle “calle los perros” viven cuatro integrantes de la agrupación Sin Nombre que están invitados a compartir conmigo este proyecto, lo que hasta ahora está en latencia. Podría invitar a Natascha de Cortillas que trabaja desde el arte culinario en la cotidianidad de lo cultural y los recursos disponibles del entorno. Es decir, ya hay varias energías que pueden activar esta acción.

Otra acción activadora de reflexión crítica en torno a los ríos es una caminata silenciosa al pozón que se enoja cuando le gritan, y hace llover, ubicado entre Los Temos, Ramadilla y Las Malvinas. Allí la idea es devolverle simbólicamente su sonido y regresar sin mayor intervención para luego abrir una conversación.  Esta acción la estamos planificando, contamos con que ya hay un hábito por parte de la comunidad de hacer rutas de trekking con la gestión del municipio.

Junto con la anterior estamos planificando tres actividades más, una de ellas es invitar a la comunidad a hacer una acción sonora en el lugar que se pierden los pescadores, nos queda pendiente tomar contacto con la señora Florcina y Marta que siempre cantan juntas con la finalidad de desorientar la escucha y con lo mismo, situar diferentes sonidos en partes distintas alrededor del río. Otra actividad es realizar un foro en una isla que se encuentra en el río Quilleco, la que requiere una gestión importante de la que estará a cargo la Municipalidad, de este modo podríamos pensar y habitar el río desde una perspectiva inmersa en éste. El hito relevante en todas estas acciones es el compartir con la comunidad una conversación sobre los ríos.

Paralelo a lo último, con Alex y Gonzalo estamos trabajando en la activación del Piedregal y el borde del río Quilleco desde la Población San Lorencito, y en el teñido de lana con las Hebras de Quilleco alrededor del río Cañicura.

Queda un denso trabajo por delante ya habiendo identificado la forma en cómo abordar la relación con la comunidad desde este proyecto. Son varias las ideas en proceso, quizás no todas se concreten, pero yo necesito entregarles la mayor cantidad de energía, me pone nerviosa esperar a que lleguen los jóvenes y con ellos activar algo cuando todos están dispersos en otras ciudades, o bien no asisten por diferentes motivos del cotidiano. Entonces la conversación que pueda activar desde una experiencia, que aunque yo la genere, considero que es muy significativo, reunirnos solo a conversar en una instancia distinta que les sea atractiva. Los habitantes en su generalidad no asisten a una reunión a pensar en un proyecto, falta mucho para eso, además porque los formatos se repiten, se cae en la clásica reunión que podría ser de la junta vecinal, y por lo tanto les aburre si no tienen algo concreto a obtener. Yo podría generar esta instancia en la plaza, pero el lugar son los ríos, aun así estoy trabajando en generar material que se pueda difundir en la comunidad insertando el bichito de los ríos para potenciar además la convocatoria a los encuentros de conversación en torno a la experiencia.

 

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