BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Por las vías del tren Caldera, Atacama - 2018 Residente: Sebastián Vidal Campos
Publicado: 10 de enero de 2019
Caleta Mandinga/Peta Zeta

Citamos a reunión a los miembros de la comunidad para hoy a la tarde. El lugar: La sede de la Villa Padre Negro. El objetivo: Continuar la actividad que se tuvo que cancelar a causa del accidente ocurrido hace unas semanas atrás.

Nos dividimos en dos grupos. El primero deberá crear un Colectivo Artístico Ficticio. De este modo surge el “Colectivo Peta Zeta”, quienes, por medio del arte Flashmob (acción organizada en la que un conjunto de personas se reúne en un lugar público para realizar una intervención inusual y luego dispersarse), busca concientizar temáticas socioculturales, interviniendo diferentes espacios públicos como una forma de reflexión y protesta. El segundo grupo crea un poblado del sur llamado “Caleta Mandinga”, un lugar donde llueve mucho y nieva,  y cuyos habitantes (apenas 500) se dedican principalmente a la actividad pesquera, comer chancho asado y cuidar el medioambiente a través de distintas prácticas sustentables, como por ejemplo, el respeto a la veda. Por esto mismo, la peor amenaza que tiene el pueblo, es la instalación de una Salmonera.

Ambos grupos se presentan ante los asistentes a la reunión. La intención es ver la forma en que el colectivo “Peta Zeta” pueda dialogar con lo expuesto por la comunidad de “Caleta Mandinga”, de manera de poder llevar a cabo un proyecto en común, más allá de la experiencia del Colectivo en el “Flashmob”. En ese sentido, surge el mayor problema cuando se solicita al grupo que conforma los “Peta Zeta”, irse a vivir por 3 meses a la Caleta sureña. Se les manifiesta una posibilidad de adaptación al lugar, considerando que su tipo de intervención es de impacto momentáneo y parece no conllevar una reflexión en el tiempo. El colectivo profundiza en la idea de la Amenaza de la Salmonera, pero aún así, sin dejar de lado la práctica e intervención socio-cultural que ellos realizan. Aquello termina siendo positivo, ya que ejemplifica lo que no se debería hacer en una Residencia de Arte Colaborativo, considerando que el arte o las manifestaciones artísticas propias no son un fin en sí mismo, y que no son necesarias para elaborar un proyecto, y que el artista y/o colectivo debe permear a través de la comunidad y adaptarse a ella, generando prácticas colaborativas y no obras personales.

Terminamos la reunión haciendo un círculo en el que brevemente, Aurora y yo les contamos a qué nos dedicamos personalmente, y algunas de las cosas que hemos realizado en conjunto. Entonces continuamos con la charla reflexiva. Han pasado más de dos horas de reunión. Un martirio pensando en que es verano. Los jugos de melón, piña, durazno, sandía, no fueron suficiente azúcar para mantener la mente activa. Incluso intuyo cierta molestia en algunos asistentes. Situación que me genera un sentimiento de impotencia, pues llego a pensar que están allí por obligación o correspondencia al apoyo que realicé por mi parte y a modo de vinculación, durante los primeros meses de mi residencia en Caldera, hacia sus distintas jornadas y actividades, y no porque realmente les haga sentido el trabajo que hemos propuesto. Como sea, quiero escribir sobre este detalle aunque sé que perfectamente me lo podría ahorrar y solo comentar los objetivos de la reunión y evaluar si se cumplieron o no. Pero como me considero una persona sumamente exigente consigo misma, y es por ello que debo escribir sobre mi disconformidad con lo llevado a cabo hasta el día de hoy, o acerca de los errores que puedo haber cometido al tomar ciertas decisiones y caminos llenos de curvas. Ya que por ningún motivo me gustaría aparentar que me ha ido de maravilla tanto en la residencia como en la elaboración del proyecto.

Hacia el final de la reunión, pudimos sacar algunas conclusiones. Todas favorables de cara al inicio de esta segunda etapa de la residencia. En cuanto al proyecto, vuelven a tomar peso la mayoría de las propuestas que han estado rondando en el imaginario colectivo. Ellas son: cápsulas audiovisuales, registro audiovisual, muralismo y fanzine. Acordamos una reunión para la otra semana, en la que les presentaremos una “Propuesta de proyecto” que recoja todas estas ideas que han surgido a través del diálogo con la comunidad, y que vayan en línea con el objetivo general que nos hemos trazado en conjunto.

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