BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Pasajero, ser humano Pelluhue, Maule - 2018 Residente: Katherine Guerrero
Publicado: 8 de noviembre de 2018
Cardonal y sus saberes

Perseverantes en nuestro reconocimiento de la zona y en la búsqueda de la identidad local, nos propusimos hacer recorridos constantes para que Cardonal nos revelara su flujo y vida

propia. Nos encontramos con varias personas que podrían ser colaboradores en esta residencia, aquí les presentaremos algunas:

Don Aurelio, maestro constructor, tiene un museo secreto en su casa donde se pueden observar diversos artefactos antiguos, incluso hasta vertebras de ballenas. Nos llevamos la sorpresa que también es artesano en madera y le encanta hacer tallados de peces y máscaras.

Don Diego, pescador y recolector, hermano de don Aurelio, también es uno de los últimos hombres tejedores que queda en la zona, ya con poca actividad, aún dedica algo de su tiempo a sus palillos y a la pesca.

Señora Perla, recolectora y artesana, abuela de “Javier”, uno de los niños de la escuela rural de Cardonal, donde estamos haciendo nuestros laboratorios. A ella la conocimos dentro de nuestros recorridos, quien nos cuenta que participa en la sede de la junta de vecinos de Cardonal donde existe un grupo de tejedoras que llama nuestra atención.

Don Darío, simpático maestro carpintero, nos muestra su taller y sus creaciones, nos cuenta de su historia y el desarrollo del entorno de Cardonal. Contándole de nuestra estancia con la residencia, nos deja abierta las puertas de su taller y la participación activa a trabajar juntos.

Los tiempos en Cardonal ya no son los mismos, la demanda de la frutilla, sobre todo en esta fecha de primavera a verano, da un giro a los oficios, siendo uno de los trabajos más rentables, dejando poco tiempo a antiguas costumbres. Personas a las que nombramos son claves para mantener viva la identidad y la memoria local. Nuestra residencia va tomando una dirección más clara al ver la disposición eterna de algunas personas a mantener viva las raíces. El mismo reflejo de pasión y alegría en los ojos de las niñas y niños que expelen al relacionarse con la naturaleza y materiales de su entorno que hemos observado en los laboratorios de la escuela, volviendo al regazo del precedente cultural de su zona.

 

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