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Residencia: Rutas de encuentro Cochrane, Aysén - 2018 Residente: María Jesús Olivos
Publicado: 26 de diciembre de 2018
Con los pies en el agua, mirando la otra orilla

Aunque Cochrane sea un lugar de mucha madera, bosques y ganadería, escasean oficios como curtir el cuero, hacer su propia lana o carpintería. Después de soñar el montaje y cómo sería el marco de madera de 319 x 225 cms. dimos con un contratista que nos recomendó la municipalidad. Él se comprometió a comprar los materiales en Coyhaique, construirlo en su galpón y trasladarlo al mercado. Tenía sólo una semana y media para trabajar, el marco estará listo los primeros días de enero. No hay tiempo para la duda, la otra orilla se avecina,  el término de la residencia ya es un hecho y los procesos se van cerrando de manera natural. Me confirma que el tiempo estipulado para el proyecto estuvo bien cuando al principio me parecía muy corto para intervenir.

Así es que el lunes fuimos a cotizar materiales para el marco. Aquí todo es el doble de caro.

Al terminar, Karla, amiga y aliada del proyecto, nos invita a pasar la navidad con ella y su familia, junto a un clan de amigos de Cochrane. Nos fuimos todxs en una van, allá pudimos conocer a Pía y su familia. Pía tiene mi edad, es una mujer emprendedora y que tiene un puesto en el Mercado Municipal. Ella nos cuenta cómo organizó la última feria antes de navidad en el Mercado. Le contamos que el 12 de enero haremos un evento cultural en el Mercado y que queremos sumarnos a la feria de las pulgas para incentivar el uso de ese espacio. Pía nos cuenta que hay mucha desconfianza entre las artesanas, los puestos casi siempre están vacíos y la mujer a cargo del aseo del Mercado a veces boicotea las actividades que se quieren realizar allí. Tal como hemos hablado con otras personas, se trata de un lugar con sentimientos encontrados, donde  la comunidad se encuentra en conflicto, hay desencuentros.

Quedamos con Pía de contar con ella para el evento del 12 de enero, y que intentaremos hablar con las artesanas para que vengan ese día. Ahí hay un gran trabajo que hacer, pero ya sería para una siguiente residencia.

Comimos cordero, reímos hasta las tantas y luego fuimos a dormir en carpa. Al día siguiente fuimos a recorrer la laguna, nos bañamos mirando hacia los campos de hielo norte y el cordón Esmeralda, cordón montañoso que rodea el pueblo de Cochrane. Después de tres meses por fin comprendo mejor la geografía entre tantas montañas.

Por la tarde, Karla nos lleva de vuelta a Cochrane, nos comprometimos a hacer un picnic con Verito, amiga del tapiz que vive en el hospital y anda en silla de ruedas. Metimos los pies en el arroyo Tamango bajo un Sauce. Verito nos cuenta su experiencia en el tapiz, para ella fue importante poder compartir con gente joven y darse cuenta que es capaz de crear por sí misma. Comenta que le gustaría que el colectivo continúe y que ella seguirá bordando.

Al día siguiente viajamos a Guadal a reunirnos con mi familia que nos espera para pasar el año nuevo juntxs.

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