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Residencia: Amplificando caudales Quilleco, Biobío - 2018 Residente: Carolina Opazo
Publicado: 15 de noviembre de 2018
El caudal aumenta

Hoy estuve todo el día mapeando ríos, mapeando el proyecto, los portadores de relatos, los relatos… Cada día es una función distinta. Ayer, antes de la salida con Alex y Gonzalo, estuve haciendo pruebas sonoras, registrando el sonido del río y devolviéndole su propio sonido entre interferencias del feedback y el registro.

Felipe, “mi asistente editorial” ha estado pensando en cómo contener toda la información que llevo (y llevamos) para la presentación con el resto de residentes y sus contrapartes de la región del Biobío.

Alex me comenta por WhatsApp hoy por la tarde, que ha estado entre ayer en la noche y parte de este día estudiando cómo hacer una máquina que en su interacción con el río provoque sonidos con la frecuencia del movimiento de la corriente del agua, él está emocionado con este proyecto y la interacción que podemos tener, porque nuestro lenguaje es similar. Lo mismo sucede con Gonzalo que tiene herramientas para trabajar la madera y el metal, y ambos aprecian mucho la naturaleza, no desde un sentido referencial sino sensorial.

Invité a Alex para que me mostrara sus bocetos. Ya conozco bien esta primera etapa: las posibilidades materiales, estéticas, sonoras e interactivas. Me mostró un video referencial, pero no es lo mismo, es solo una aproximación, y luego hizo varios bocetos de posibilidades en una hoja. El análisis es fabricar con basura o con materiales rústicos: maderas encontradas, que es más difícil porque los engranajes tienen que ser precisos. Nos proponemos hacer un prototipo con alambre y otros materiales.

Conversamos sobre la habilitación del sendero en el Río Quilleco desde la PSL. Me dice que no es solo esta máquina, que en el futuro se podrían construir muchas más esculturas sonoras en relación al río, que va mucho más allá de este proyecto. Me muestra otros referentes, algunas esculturas no solo sonoras, está interesado en las posibilidades escultóricas de los palitos de agua, pero no hay muchos en este río porque es muy pequeño y no tiene espacios amplios despejados alrededor, entonces se pudren.

Cayó la noche, lo acompaño a la salida, nos detuvimos en medio del camino a analizar una ruma de fierros tirados en la entrada, varios elementos de ahí nos podrían servir, pediré permiso, los lavaremos y veremos con Gonzalo que suelda, cómo los podemos ensamblar para construir nuestras piezas de interacción con los ríos.

Antes de cerrar, contextualizaré sobre la población San Lorencito que está a unos metros de mi casa, nos separa el río. La PSL es una población como cualquier otra, su planificación no tiene características distintivas. Se fundó a un km. del pueblo de Quilleco en la década del 90 como aporte de Mininco a la comuna. Allí se trasladó principalmente la población joven, las nuevas familias que se fueron conformando. Por uno de sus radios está rodeada de pinos y eucaliptus y por el otro se abre el cerro Piedregal que es una formación geológica de piedras, entre ellas volcánicas. No es un sector cultivable, ahí crecen principalmente arbustos rodeando menocos, lagunas o humedales, los grandes robles aquí son árboles de baja altura que llaman ñire (que los hay en la cordillera), también he escuchado que hay una especie de sapos que está casi extinta, creo que los escuché croar en una excursión con Felipe. Los flujos de agua del Piedregal bajan al río Quilleco. En la rivera del Quilleco, la flora se hace más alta y espesa, hay robles en todas sus edades, arrayanes, luma, maqui, cientos de hongos, entre otras especies, y tantas zarzamoras como quilas. Ayer vimos una cantabria que acá recibe otro nombre (no lo recuerdo), en la región de Los Ríos las cantabrias están extintas, yo alcancé a verlas en mi infancia, pero no había vuelto a ver una hasta ahora. En Quilleco pueblo, este es uno de los pocos espacios naturales accesibles. El Piedregal es un sitio sagrado, lo sé por sus Menocos, entonces no es difícil entender por qué este espacio es tan significativo para Alex, y Gonzalo, es su refugio y lo quieren compartir, el resto de la agrupación de jóvenes está abocada más a otros propósitos de activación de la comunidad y su paisaje, sumado a que la mayor parte del tiempo no están en el pueblo.

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