BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Aiken Villa Tehuelches - Laguna Blanca, Magallanes y Antártica - 2018 Residente: Compañía Lafamiliateatro
Publicado: 27 de octubre de 2018
El verdadero comienzo de Aiken

«Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en que el hombre sabe para siempre quién es».

Jorge Luis Borges.

Esta semana dimos inicio al proceso de co-creación.

Ya fue el tiempo de reuniones de presentación y de observación en terreno, ahora podemos decir (porque es un acuerdo ya tomado), que el trabajo de arte colaborativo que se llevará a cabo en Laguna Blanca será el registro fotográfico de cada uno de sus vecinos, material con el cual se realizará un libro que permita la identificación de todas y todos sus habitantes, sumado a los relatos que dan cuenta de la historia de la comuna; en paralelo a la materialización del libro, se llevará a cabo el montaje de una exposición con dichas fotografías y el registro de las actividades realizadas durante la residencia, una construcción audiovisual que documente el proceso.

Invitamos a los vecinos a pensar su comuna. La búsqueda de las locaciones para las sesiones fotográficas depende fundamentalmente de ello, queremos que nos ayuden a identificar los lugares que para ellas y ellos son importantes, que tengan un valor emocional e histórico y que por lo mismo evidentemente deban ser parte de este registro.

La primera jornada de trabajo nos permitió contemplar Laguna Blanca con los ojos de sus mismos habitantes. Fueron ellos los encargados de generar un mapa y disponer en él los lugares que componen la geografía de la comuna.

Se identificaron los principales accesos, para ello fue primordial la presencia de funcionarios de la Posta Rural, que periódicamente realizan rondas médicas y conocen mejor que nadie sus caminos y su gente. Se identificaron también las Estancias que hoy la conforman, y para ello fue de mucha ayuda los funcionarios municipales presentes en la jornada. Este punto fue el más complejo, y es que son muchas las estancias, su extensión en algunos casos es muy grande, todo esto sumado a que algunas dejan de existir al ser absorbidas por otras de mayor extensión. De todas formas, la identificación de cada una de ellas era importante para quienes estaban ahí y por lo tanto a medida que se individualizaban se fueron sumando a nuestra cartografía, finalizando con un mapa de bastante extensión.

Laguna Blanca está compuesta por más de 15 Estancias privadas, cada una de ellas es dueña de cientos de hectáreas y miles de animales, entre ellos ovejas, caballos, ñandúes y un largo etcétera. Cada Estancia posee un centro “urbano” principal, y para el cuidado de los animales, cada cierta distancia, se establecen pequeñas viviendas donde viven los Puesteros, en la actualidad y en la mayoría de los casos solos, a diferencia de tiempos pasados en los que vivían acompañados de sus familias. Mucho antes de conformarse como comuna y antes de la reforma agraria, y siendo la actividad económica central igualmente la ganadera, no eran tantas las empresas privadas, más bien se podría hablar de una gran Estancia dividida en sectores, y por sector, un centro urbano de mayor importancia: una casa principal, la cocina, el galpón de esquila, algunas casas menores, y en algunas incluso bibliotecas. Hoy en día esos lugares son parte de diferentes Estancias, de las cuales dos son identificadas por los vecinos con un valor especial, porque en ellas reconoce un valor histórico.

Toda esta conversación en torno a la conformación del territorio y sus antecedentes históricos dio pie a la identificación de los lugares patrimoniales y a la exposición de los atractivos naturales que posee Laguna Blanca, el más importante de ellos, la laguna que le da el nombre a la comuna, sin dejar de mencionar la Cueva La Leona, donde aún se pueden ver restos de pinturas realizadas por los Tehuelches que habitaron la zona, y Morro Chico, lugar donde vivió Cacique Mulato, el último líder Aonikenk.

Poco a poco se ha ido develando ante nuestros ojos la historia del territorio y la valoración que hacen sus habitantes de los lugares emblemáticos que posee. Quizás lo que se nos queda aún en el tintero es descubrir cómo se configuran ellos mismos respecto del espacio que habitan y a cuál de las múltiples historias que contiene se aferran y los define.

Falta mucho, pero sin duda, es un gran término de nuestro primer mes de residencia.

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