BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: La sed de la tierra Llay Llay, Valparaíso - 2018 Residente: Colectivo YY (Yachachinakuy)
Publicado: 26 de enero de 2019
Gestar el encuentro

Nos hemos volcado a entretejer las redes para nuestro encuentro de arte y feminismo, convocado para el día domingo 27 de enero. Le hemos dado muchas vueltas a la necesidad de construir un espacio ritual donde sean bienvenidas todas, como también a la relevancia del espacio físico donde desarrollarlo, ¿lo hacemos en un lugar frondoso?, ¿cerca de un río? ¿donde la naturaleza esté fértil?, ¿o nos situamos en las heridas del territorio?, entre esos cuestionamientos, sentimos la urgencia de palpar la tierra devastada, ir a la herida le otorga un sentido más profundo a nuestro encuentro: enraizarnos en la cicatriz de la tierra, juntarnos, sanar-nos.

Junto a Paz subimos al cerro y experimentamos las posibilidades del lenguaje corporal y el movimiento, nos cuestionamos cómo dialogar con el cuerpo entre nosotras y con el espacio. Sin embargo, nos faltaba algo que le otorgara el carácter sagrado que imaginamos desde un comienzo. En el proceso de búsqueda, decidimos invitar a una amiga mapuche que había mostrado mucho interés en participar de las actividades pero por trabajo nunca pudo sumarse realmente. Junto a ella comenzamos a gestar el encuentro, nos juntamos varias veces a dibujar y escuchar música, donde conversamos sobre los momentos de diversas ceremonias sagradas, el valor de jugar, de reinterpretar los ritos ancestrales, de hacerlos nuestros, de improvisar y ser flexibles al acontecer del momento, de lo bello que es reconstruir nuestra historia como mujeres, de la importancia del respeto mutuo y de otorgarle el poder que implica a una ceremonia como ésta y las transformaciones profundas que podemos sembrar en el territorio, en nosotras, entre nosotras y la tierra.

Amaranta.

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