BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: El repliegue de Palmilla Palmilla - San José del Carmen, O'Higgins - 2017 Residente: Carlo Mora
Publicado: 30 de septiembre de 2017
La oficina más grande de Sudamérica

Desayunamos, cargamos el auto, preparamos los equipos, almuerzo y viajamos a la plaza del Huique. Luego de 20 minutos de viaje y a eso de las 15 hrs. llegamos y nos instalamos bajo un árbol, cerca de un auto desarmado que está reparando un grupo de huicanos. Nos repartimos las funciones, mientras Danilo ensambla las pizarras y las pinta yo me dedico a instalar la mesa, las sillas y amarro un cordel entre dos árboles que sostenga el sistema de iluminación que hice días atrás. Todo listo, nos ponemos a trabajar en la mesa. Danilo escribe la bitácora, envía emails por la actividad del 11 de octubre -controversia entre payador y rapero- mientras dibujo la escena de los sujetos arreglando el auto. A minutos de habernos instalado, aparecieron unas camionetas y autos llenos de señoras con calendarios de un candidato a no sé qué, nos ofrecen uno y le digo “gracias pero no puedo aceptarlo”, fue lo que se me ocurrió decirle. Algo murmuraron. No sé, pero me da la sensación de que alguien las llamó y les dijo “hay unos cabros en la plaza haciendo unas pancartas”, claro, no somos tan cabros y tampoco eran pancartas sino pizarras. Sacando cuentas, en un momento muy cerca de nosotros pasó un sujeto mirándonos, lo saludé y no me pescó, luego ese mismo sujeto era algo así como el “jefe” de la operación “tu voto por un calendario”. Debo reconocer que estas “operaciones” de “política” me producen una extraña mezcla entre ternura, desazón y risa, me parece muy cándida la escena. Nos dedicamos a lo nuestro, por momentos solo acompañados de los mecánicos callejeros, a ratos por algunas personas que se acercan tímidamente, nos preguntan qué hacemos ahí, les explicamos y los invitamos a dibujar, se suman niños, dibujan, ya entrada la tarde se asoman los skaters del Huique, a cuentagotas. Dibujamos y conversamos, nos cuentan sobre sus rutinas de trabajo, de ocio, sobre los lugares que frecuentan y como y donde carretean, del mural que quieren hacer, de las canciones -rap- que han hecho y de cómo las graban. Los dibujos que hacemos esa tarde están muy buenos, destaca el de un chico de 11 años aproximadamente, dibujó un auto con alerón sobre el cual inscribió la frase “el tuning no es delito”, el dibujo nos tira una pista importante. Ñoñamente pienso en lo neobarroco del gesto que hay en tunear un auto y se abre una puerta ya que tanto en mi cabeza como la de Danilo, el tuning no figuraba para nada. Toretto nos habló.

Desarmamos todo, lo guardamos en la cajuela del auto y viajamos a la localidad de Alcones, al poniente de Palmilla por el camino que llega a Pichilemu. Fuimos hasta la iglesia porque Danilo tenía el dato de una “alojada” a la virgen en ese lugar. Por lo que entendí de lo que Danilo me contó, en el norte chico estas alojadas se hacen en las casas de los devotos hasta donde concurren los cantores a lo divino. Esto de una “alojada” en la iglesia es poco cálido, es distante, pierde la intimidad que se genera en un hogar con luz de velas. Escuchamos cerca de 30 minutos, salimos, conversamos sobre la situación, regresamos, fotografiamos y nos devolvemos a Palmilla. Esta experiencia no es la mejor muestra de los cantores de la zona, lo presentimos, así que seguiremos en búsqueda ya que necesitamos conocerlos y escucharlos para invitarlos a nuestras actividades, conversar, grabar. Ya es de madrugada, solo nos queda dormir.

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