BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Agarrando Valle Paihuano - Centro Cultural, Coquimbo - 2017 Residente: Familia Casa Verde
Publicado: 15 de noviembre de 2017
Niñas del futuro

Hace rato que con las niñas de las Wayras queríamos llegar a materializar el proceso que hemos construido juntos. Primero Ángeles, la profe y guía de las niñas, había propuesto que participáramos del lanzamiento de su disco, también los asistiríamos en el diseño y la diagramación del disco, pero todo eso estaba como en un estado suspendido, por problemas internos y porque con las niñas tampoco puedes forzar las cosas.

Entonces se nos ocurrió crear un cuento a partir de su historia, de su gran aporte como niñas a un contexto cultural sediento de arte, y al mismo tiempo donde escasea la participación de los niños y jóvenes. Creamos un cuento tipo poema o canción, así como las de la Gabriela Mistral, y tenemos la idea de crear un video-cuento con ellas y más niños de otras escuelas. Además la idea es que a partir de este estímulo del cuento, construyamos una red de trabajos y por eso se nos ocurrió también, como llegó Ato (ilustrador y diseñador gráfico, y además también familia), que ilustrara algo a partir de este cuento para poder imprimirlo con serigrafía en un textil con los cabros de la batucada (con quienes ya llevamos harto rato juntándonos y probando técnicas), para finalmente pasárselo a las tejedoras para que le pongan color y amor con sus bordados (bordan en cinta, una técnica muy bonita y particular que no conocíamos). Entonces es una manera simbólica de unirnos todos en un trabajo colectivo y que obviamente será expuesto en la exhibición.

La idea está linda y ya tenemos harto avanzado. Esta semana llegamos hasta la punta del cerro (literalmente) a buscar a los niños y apoderados de la escuela de Cochiguaz, pues del departamento de convivencia de la Municipalidad nos pidieron apoyarlos en una actividad donde necesitaban mediar un problema interno que están pasando entre los apoderados y la directora. Entonces aprovechamos de conocerlos e incluirlos en el proyecto, aceptaron felices. Les leímos el cuento, les encantó. También se lo leímos a las Wayras y les encantó, grabamos algunas narraciones y quedamos de seguirnos viendo. El Ato por su parte ya hizo la ilustración para el textil y esta semana que viene debiéramos estamparla con los cabros de la batucada porque nos juntamos los lunes por la tarde. Todo va viento en popa, y la exhibición quedará hermosa. Cada vez más gente quiere ser parte, quieren involucrarse, tienen ideas, ganas, voluntad, eso es lo más bonito, nos sentimos como los damascos en esta época: dando frutos con abundancia, frutos sabrosos, orgánicos y necesarios para todos.

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