BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Rutas de encuentro Cochrane, Aysén - 2018 Residente: María Jesús Olivos
Publicado: 4 de enero de 2019
Obra colectiva: lo que brotó del agua y los jardines humanos

Esta semana debemos terminar el tapiz a como de lugar. Celeste nos facilitó la Sede del Adulto mayor jueves y viernes para trabajar. Margarita, Letricia, Verito, Ale, Eli, Isabel y Aileen, se comprometieron con terminar el tapiz el tiempo que sea necesario. Por suerte dos de ellas tienen máquina de cocer!

Conversando con Ale, amigo del Tapiz, reflexiona sobre cómo fue el inicio de la obra, y que ahora pienso resuena con nuestra experiencia habitando el lugar, la obra comienza desde el agua. La presencia del río y todo el ecosistema que brota desde ahí atraviesa la historia y pertenencia a este lugar: Pioneras y pioneros, migración, trabajo de ganadería y hortalizas, mujeres y hombres aguerridos por igual, dialogan con su territorio, con su flora y fauna. El amor al río por parte de la comunidad se reflejó en el cause de los encuentros. En el Tapiz fue lo primero que cocimos y luego fueron las flores, característico de los hermosos jardines e invernaderos propios del paisaje de Cochrane y su historia. Fue recién en la mitad del proceso que todxs nos dimos cuenta del significado de lo que estábamos haciendo.

Hablamos también de la importancia de bordar nuestro propio nombre para que este luego se transformara en el marco de la obra colectiva. Es lo personal lo que da sentido, abre la imaginación. Cada persona bordó su nombre a su manera, a través de la técnica o el color reafirmaban su identidad propia.

Alejandro en particular, bordó la palabra “Pillanes”, el apellido perdido de su abuelo, el cual significa “Espíritu en evolución” o “Volcán furioso”. Sobre el nombre, bordó unas tejuelas, ya que su abuelo se dedicaba a construir tejuelas en esos años. El trabajo cobra sentido cuando canta la canción de sus raíces, y qué mejor recordarla en colectivo.

El jueves, antes de reunirnos en el Tapiz, comenzamos a repartir las evaluaciones del proyecto y a trabajar en la difusión del evento cultural para el 12 de enero. De coincidencia me encuentro con la Administradora Municipal. Por fin nos da una respuesta, todo era muy simple, debo comunicarme con Antonio, Encargado Cultural y Javier de Turismo. Antonio se comprometió con nosotros a estar el día del evento para hacerle entrega del Tapiz. Aunque pareciera más institucional, la comunidad consideró que era un gesto importante.

Jueves y viernes de 18 a 23 hrs. trabajamos sin descanso para acabar las terminaciones, cocimos los nombres alrededor. Margarita sacó su máquina de cocer y todo fue más rápido. Estábamos todxs un poco cansadxs, pero la motivación y el orgullo de querer hacer pública esta obra movilizó a todo el grupo. Por cansancio, el viernes una compañera se burló del trabajo de otra. Ahí fue evidente la importancia del respeto para permitir el desarrollo de un trabajo colaborativo, para que el incentivo sea genuino, placentero y constructivo. El respeto y la libertad abonaron la tierra de este jardín de personas diversas, generando así un mayor compromiso con la obra colectiva.

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