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Residencia: Cartografía afectiva de Melipeuco Melipeuco, La Araucanía - 2016 Residente: Fundación MAFI (Mapa Fílmico de un País)
Publicado: 19 de octubre de 2016
Primera semana en Melipeuco

Después de mucha incertidumbre sobre cuándo definitivamente nos vendríamos a la Araucanía, decidimos viajar el día miércoles 12 de octubre: más de 12 horas en la carretera en un auto que nos prestaron para que podamos movernos al menos las primeras semanas. A eso de las once de la noche estábamos en Cunco buscando, entre la lluvia y el viento, el camino directo a Melipeuco. Casi a la media noche llamamos a Víctor, dueño de la casa que nos recibirá por tres meses. Estacionamos el auto, saludamos  y comenzamos a descargar maletas, cámaras, bicicletas, computadores y micrófonos.

No habían pasado 24 horas y estábamos reunidos con la gente que nos ayudará a encontrar a los grupos que trabajarán en la realización del proyecto, que dicho sea de paso explicamos: película documental de Melipeuco hecho por la misma gente de Melipeuco. Previamente habíamos conocido el pueblo y algunos vecinos en un viaje de pre producción, pero esta vez era distinto, muchos nombres nuevos comenzaron a salir en la conversación, algunos pertenecientes a distintos grupos, otros personajes claves: directores de escuelas rurales de la zona, profesores del liceo, el lonco comunal, dirigentes mapuche, mujeres campesinas, entre otros.

Nos pican las manos por comenzar lo antes posible a conocer a estos grupos y personas, pero el ritmo de la comuna es distinto, más lento y sosegado. No es mucho lo que podemos hacer cuando el impetuoso clima lluvioso acomete el fin de semana. Aún así nos tomamos el tiempo de salir y conocer a personas como Susana, cocinera ensimismada en rescatar los orígenes de la cocina campesina y originaria de sus tierras, o Antonio, descendiente de auténticos melipeuquinos, próceres de un sin fin de actividades que dieron vida a tradiciones, o Gonzalo, jinete enamorado de su oficio.

Es en esta semana, del 17 de octubre, cuando comenzamos a recorrer y conocer. Llegamos a la Escuela Nº 10 Llaima. Hermoso establecimiento aparatosamente conectado con la naturaleza, y por lo tanto, con las personas. Casi 37 alumnos y un solido cuerpo docente constituyen la escuela rural. Así nos comenta Roberto Alarcón, director de la escuela y, según nos enteramos después, enardecido caminante de la cordillera y autodidacta arqueólogo que, junto a su amigo Roberto León -a quién acabamos de conocer de paso en el Liceo Los Andes de Melipeuco-, recorren los extensos caminos de la cordillera encontrando antiquísimos -y valiosos- artefactos.

Esperamos que el porvenir siga nutriéndonos de personas y paisajes como las que hemos conocido hasta ahora, ya que en el ejercicio de poner en marcha el proyecto, que en su etapa inicial invita a la comunidad a descubrir su identidad, nosotros hemos reflexionado sobre la nuestra.

 

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