BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Petrificando tiempo Putre - Socoroma, Arica y Parinacota - 2017 Residente: YY / Colectivo YACHACHINAKUY
Publicado: 15 de octubre de 2017
Suspender y proyectar el tiempo

«Pueblito de Socoroma
Callecitas empedradas
En la distancia te recuerdo»

Pedro Pablo Humire, Poeta socoromeño

Ya cumpliendo un mes situados en Socoroma nos cuestionamos constantemente acerca de la piedra como materialidad, símbolo y concepto, hablar de piedras es hablar siempre del tiempo, de la contención y proyección del tiempo en el espacio. La abundancia de piedra en el territorio dispuesta de manera orgánica, piedra volcánica, laja y pómez, piedras oscuras, blancas y de colores. Al costado del río las formaciones rocosas son infinitas, piedras de diversos tamaños y texturas conviven a lo largo de su entorno.

No es de extrañar la utilización de la piedra en la arquitectura, en la creación de corrales y otras edificaciones, pero por sobre todo en terrazas y canales de regadíos, geometrizando de forma asimétrica el territorio, como ordenando el caos, se amoldan y acomodan entre quebradas vistiendo los ocres parajes. Son tantos los andenes que aparecen incluso en sitios carentes de práctica agrícola, como si disponer las piedras en hileras fuera también una forma de ordenar el territorio, nos cuentan que hay parajes donde se encuentran sitios de gentilares – seres y/o ancestros pequeños que hacen su vida durante la noche, generalmente los gentilares son sitios arqueológicos – donde hay terrazas de un pie de ancho, las socoromeñas lo encuentran gracioso, no se imaginan qué podrían haber sembrado en tan poco espacio. Aquellas construcciones de piedra remiten a un tiempo otro, un tiempo antiguo, pero también un tiempo alterno, quizás paralelo, los gentiles como pequeños habitantes de construcciones de piedra conviven aún en el presente con lxs pobladores de la pre-cordillera donde abundan los gentilares en los distintos pueblos.

Bordeando el río encontramos una gran roca con piedras dispuestas sobre ella a modo de terraza, nos preguntamos la razón de su existencia, pero al mismo tiempo la observamos desde un punto de vista estético, de cómo el orden de la piedra puede dar un sentido al paisaje y articularlo de manera organizada y muy precisa. No sabemos cuál será el sentido de esa disposición, una vecina nos dice que puede ser una señal, utilizando el término como señalización, lo mismo que dicen para las apachetas (montículos de piedra) hechas en los caminos, también expresiones de lxs ancestrxs.

Es interesante observar que la utilización de la piedra tanto para fines domésticos, como utilitarios es inmensa, pero al mismo tiempo hay otras piedras, dotadas de características especiales, sagradas o tutelares, en esa categoría encontramos también seres vivos petrificados. Aquí en Socoroma les llaman Pusiricollo (Pusiri en aymara significa músico o sampoñero, collo es cerro): cuenta la historia que el pueblo estaba antiguamente en otro sitio y que debido a la petrificación de un grupo de músicos, el pueblo se movió de sitio, desapareció o se hundió y debido a ello surge Socoroma en el lugar que se le conoce hoy. Comúnmente le llaman pueblo hundido a aquel valle, rico en piedra volcánica, materialidad de los Pusiricollo.

Vecinas señalan que por el camino a la Quebrada del Gallo, lugar cercano al Qhapaq Ñan o camino Inca, donde canta por las noches un gallo fantasma, se encuentra un «medio sol», un bajo relieve en piedra (petroglifo) que se cambia de lugar, a veces se muestra y otras veces no.

Fuimos a la cantera de piedra laja junto al Vecino YY, sector llamado Vizcachune por la cantidad de Vizcachas que habitan ahí, mimetizándose con las piedras. En la misma cantera encontramos una pequeña habitación de piedra con un batán al centro y un pequeño recoveco para poner una lámpara hecha de grasa animal, cuenta nuestro vecino. El sitio, posiblemente de relevancia en la antigüedad, se encuentra entre millares de piedras laja, el vecino relata que habían dos más, pero que la entrada de maquinaria por parte de empresas externas a la cantera destruyó todo.

Una vecina tiene en su patio un pequeño altar de piedra, le preguntamos si ella lo había hecho y nos dijo que no, que siempre había estado ahí desde que ella llegó a vivir y que lo utilizan para vestir a la Virgen de Milagros, que siempre ha sido así.

Le planteamos a un grupo de socoromeños dejar huellas para la posteridad de su habitar en la actual Socoroma. ¿En qué lugares o sitios significativos podrían graficar huellas o relatos que subsistan en el tiempo? ¿Son las piedras eslabones o puentes con habitantes de un tiempo otro?

¿Cuántas historias más se dibujarán sobre rocas?

 ¿Cuántos pueblos más habitarán cobijados entre piedras?

¿Cuántas rocas más nos develarán historias de otros tiempos?

Las piedras son refugio, espacios sacros, seres petrificados, soportes gráficos de su imaginario, cosmovisión y mitología. Los suelos ordenados en constelaciones rocosas que cobijan los cultivos y ven fluir el agua que riega e hidrata al pueblo y a todas las especies que conviven de manera armónica.

Durante este primer mes hemos indagado sobre las diversas técnicas y materialidades, pigmentos vegetales, minerales utilizados por lxs ancestrxs. Procesos químicos, tecnologías de aquel entonces, sin poder dilucidar realmente la composición de los pigmentos utilizados por lxs antiguxs, el tiempo pasa por sobre las piedras dejando su huella, petrificando los pigmentos, las creencias e ideas.

 

«Cuando se revisan las distintas expresiones histórico-culturales de las sociedades andinas, destaca nítidamente la permanente utilización y transformación de la piedra para fines tan disímiles, que es posible sostener con absoluta certeza que ninguna esfera de la realidad desconoció ni desestimó la aplicación de energía humana en ella.»

 Luis A. Galdames Rosas.

 

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