BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Petrificando tiempo Putre - Socoroma, Arica y Parinacota - 2017 Residente: YY / Colectivo YACHACHINAKUY
Publicado: 14 de diciembre de 2017
Vilacaurani

Desde que llegamos a Socoroma hemos estado invitando a la gente a hacer una salida a las pinturas rupestres de Vilacaurani en Putre, planeábamos hacerlo al principio de la residencia con el fin de conocer otra manifestación de arte ancestral y poder reflexionar con el grupo para la creación de nuestros petroglifos, pero pese a los múltiples intentos de realizarla en la fecha en que teníamos programado, fue imposible.  El grupo de trabajo cambió mucho durante el primer mes, y finalmente cuando logramos identificar una colectividad estable, cada fin de semana tenían problemas para asistir todas al mismo tiempo y en la semana era más difícil ya que varias tienen trabajos de mediodía en el pueblo. Después de suspender el paseo 3 veces en el último mes, logramos concretar un día antes de finalizar la residencia. Subimos a Putre y luego a Vilacaurani acompañados de un guía y cuatro mujeres del pueblo.

Nos llegó a buscar a Socoroma en auto Justino, el guía, nacido y criado en Putre. Con él, nos dirigimos a Putre en auto, entre risas y harta conversa comenzamos el trekking a Vilacaurani, o Wilacaurani, que en aymara significa «llamas de color rojo». Un largo camino tropero de aproximadamente una hora y media de ida y otra hora y media de vuelta, atravesando el río y quebradas hasta llegar al alero. Un mural de por lo menos 5 metros de ancho con dibujos y pinturas, imágenes de camélidos, felinos y muchas figuras antropomorfas. Para la tristeza de todo el grupo, las condiciones del alero son realmente deplorables: rayados de nombres sobre las pinturas que han sido raspadas consecutivamente, sacando trozos de los cuerpos dibujados. Sumado a ello, los orificios de impactos de balas son impactantes. Justino nos cuenta, que en dictadura, el regimiento militar del sector se encontraba totalmente activo y desde ahí los militares gobernaban el territorio con prácticas horribles. Entre ellas, la utilización del alero de Vilacaurani como campo de tiro, donde se pueden ver claramente impactos de bala cercanos a los cuerpos de los animales graficados. Una tristeza horrible que se vincula directamente con los miedos de la comunidad frente a la llegada de militares al territorio. Un ejemplo del afán destructivo y avasallador de la institución y el nulo resguardo de aquellas expresiones por parte de otras instituciones activas en la comuna, donde no se observa ninguna intención con respecto al cuidado del alero que ya está en completa decadencia, con daños graves e irreparables.

A pesar de ello, la salida fue exitosa, pudimos analizar los dibujos y reflexionar acerca de los cuerpos, formas, símbolos y composición. Como  también sobre el cuidado de las pinturas de Socoroma y la necesidad de que sean las comunidades quienes resguarden estos sitios ancestrales, ya que al esperar que sean las instituciones quienes los protejan se corre el riesgo de una desprotección absoluta como sucede en Vilacaurani.

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