BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Cuentos naturales Purén - Malleco, La Araucanía - 2017 Residente: Katherine Guerrero
Publicado: 25 de octubre de 2017
Visitando a un maestro del mimbre

En las cercanías de Purén existe un lugar que le llaman sector Loflonko, su nombre en mapudungun significa reunión de caciques. En estos recorridos por Purén y sus alrededores nos hemos dado cuenta que los nombres de los pueblos en mapudungun se han castellanizado perdiendo su acento original, además pensamos que es complejo mantener la lengua en mapudungun ya que esta es de tradición oral y nunca fue escrita por ellos hasta la llegada de los colonizadores, y muy pocas personas siguen hablando este idioma hoy en día en este lugar del mundo. Hemos estado observando y aprendiendo de diferentes fibras vegetales y hoy decidimos visitar a Don Adán en su casa, él es un maestro del mimbre, cultiva su propio mimbre, lleva aproximadamente trabajando 50 años haciendo muebles y cestería, como canastos para papas, huevos, especies de hongos y forrando botellas de vidrio.

Nos cuenta que su vida ha sido gracias al mimbre, hoy junto a él recorrimos su campo donde mantiene su mimbre. Nos explica que el mimbre necesita de mucha humedad, y es por eso que crece mayoritariamente cerca de ríos o esteros. Debemos decir que Purén es un lugar lluvioso y es un lugar propicio para esta fibra vegetal. Don Adán dice que el mimbre es fácil de cultivar, mantener y propagar, además atrae al agua, lo que es beneficioso para los suelos. Caminamos observando su campo y nos muestra el mimbre para explicarnos cómo se debe cortar correctamente para que pueda seguir creciendo, ya que, si no es cortado correctamente, puede estancarse o morir. Nos señala qué varillas son las adecuadas para cortar, nos cuenta que el mimbre es más fácil de utilizar en los meses de enero, febrero y marzo, porque está maduro y puede curvarse con mayor facilidad para hacer los muebles y canastos. Don Adán se ve muy agradecido de haber aprendido esta técnica y le gustaría enseñarles a las personas, para que esta técnica no se pierda en el tiempo, él ve que ahora se ha perdido esta práctica y siente la necesidad de dejar este legado, ya que el mismo comenta que pronto partirá de este mundo. Creemos que más adelante Don Adán si encontrará más personas para enseñar su bello trabajo, por mientras nosotros seguimos escuchando atentamente lo que nos habla sobre el mimbre, lo que explica con gusto y mucha paciencia.

« Ir a residencia