Junto con las señoras Angélica, Aidé, y Alicia comenzamos este proceso de traspaso de costumbres y conocimientos, en las técnicas de Telar y Curtiembre, mujeres que con su fuerza y empuje demuestran que ser patagona y llevar sangre mapuche no es simple. Cargan con una mochila llena de historias, pero aun así le sonríen a la vida.