La tradición del acordeón en Chelín no se ha acabado. A pesar de que en la actualidad se realizan mucho menos fiestas que hace veinte o treinta años atrás, esto no ha perjudicado la práctica en los mayores y parte de la juventud del sector de Huechuchelín al norte de la Isla. Alvarito, uno de los cuatro estudiantes de la escuela de Huechu y camarógrafo entrevistador de la jornada de hoy, no sólo tiene la gracia de cultivar también el sonido de este instrumento tan característico de Chiloé, sino también, al finalizar la entrevista, se dio el lujo de pedirle clases particulares a Benigno Alvarado. Canciones, conversaciones e historias surgen en esta mañana fría en la Isla, pero siempre al calor de los recuerdos que no se olvidan y del sonido de un instrumento que ha sabido recibir diversos estilos musicales desde los típicos valses chilotes hasta las rancheras más alegres y emotivas.