Hoy grabamos lo que sería el cierre de los videos sobre Chelín y su gente. Saltamos, gritamos, corrimos junto con los chicos de la Escuela Los Robles. La consigna fue «Chelín somos tu memoria viva», lo cierto es que Chelín, lejos de estar deprimido, rebosa energía y abundancia. Los adultos siempre lo dicen «aquí los flojos se mueren de hambre» y así es. En cada una de las casas en las que hemos estado compartiendo y conversando siempre hay pan, mantequilla, chicha y vino blanco, también galletas de miel. La gente es cálida y amena, alegre y optimista. El problema de su despoblamiento es más complejo de lo que parece. La tentación de vivir en la ciudad y desarrollar faenas que no sean las del campo parece seducir a la juventud quienes, a pesar de distanciarse de esos trabajos, siguen queriendo la vida llena de espacio, vegetación y calma que los rodea.