La casa de Dita Alvarado no sólo la alberga a ella y varias de sus hijas sino también es el hogar de muchas historias de la vida cotidiana de la Isla Chelín en sus años más duros. La casa de Dita también reúne un sin número de artefactos que la modernidad tecnológica llevó al desuso, el polvo y las telarañas. Una larga y amena jornada nos permitió saber los nombres y usos de dichos artefactos junto con algunos detalles de las vidas que los acompañaron, la vida de ella, de sus padres, de sus hijas, de sus nietas, de los cambios que ve en estas nuevas generaciones, de lo que aún se preserva y de lo que va a pérdida.