Es viernes en la mañana y recibimos un llamado de un amigo de un compañero, un amigo actor, director, gestor cultural y profesor de teatro en Gorbea. Resulta que él con su taller de teatro llamado KM 715 (que es exactamente donde queda Gorbea con respecto a Santiago, en el kilómetro 715 de la 5 sur) estaban participando en el festival de teatro escolar de Laja y nos llama para ofrecernos una pequeña función para niños el sábado en el horario que tienen libre, de 15:00 a 18:00 hrs., contactamos a Karen y le contamos el ofrecimiento, ella se consigue la plaza de armas para la función, le pide a Jaqueline un afiche de la actividad que es divulgado por redes sociales y nos consigue transporte para ir a buscar a la compañía de teatro escolar KM 715.
El día sábado a las 15:00 hrs. partimos a buscarlos al internado de Laja en dos autos. Nos instalamos en la plaza de armas, instalamos unas 20 sillas que están almacenadas en el gimnasio municipal, anunciamos que la función va a empezar y las sillas son rápidamente ocupadas por las niñas y los niños. La obra aborda la temática del bullying, está en formato “clown”, una actriz es víctima de maltrato por ser diferente, de pronto, al ver a la actriz llorando en un rincón de la escena, un niño de aproximadamente unos 4 años se para de la primera fila, entra a escena y en el acto más tierno e imprevisto que pudo haber sucedido, le da un abrazo a la actriz. Los otros actores y actrices (actores y actrices de un taller de teatro escolar) tratando de ser coherentes con la obra y sus personajes, agarran al niño, lo sientan y le hacen “bullying” por haber abrazado a la actriz, el niño de nombre Vicente al verse rodeado de actores y actrices con nariz de payaso que se ríen de él, activa su sistema de defensa, levanta su puño y rápidamente el dedo de al medio entra en escena imponente y desafiante en la cara de los y las jóvenes intérpretes. Vicente se para y abandona su puesto en la primera fila para ir donde su madre.
Una vez terminada la función, los actores van a buscar a Vicente para traerlo a escena y darle un pequeño regalo por su acción espontánea, Vicente sonríe, está contento, acepta feliz su chapita de KM 715, ante los aplausos saluda al público con una reverencia junto al elenco… esperamos que ahora nuestro actor invitado sueñe con ganarse un Oscar… o un Altazor… ¿un Caleuche?