En estos extraños días de fin de año, hemos compartido las melancolías y alegrías de la fecha. Hemos visto la feria navideña, el humo del asado, las faenas laborales que no paran, el estrés, etc. y también disfrutado de los buenos deseos de las personas de la comunidad participante al encontrarnos en la calle. Observo en la puerta de la casa donde “residimos” el bello adorno navideño de totora y hojas de choclo que Miryam (la artesana local) nos regala amorosamente para las fiestas, y pienso en la amalgama de universos que nos ofrece el arte y la cultura, la forma y el contenido. En ese adorno navideño para la puerta (forma), se esconden tantos elementos simbólicos (contenido): Un objeto para el umbral del hogar, para llenar ese portal de bendición y buenos deseos; ese material de totora y hojas de choclos representa la materialidad local, y los frutos de esta tierra fértil. Las técnicas, el trabajo y creatividad de generaciones que han traspasado esas labores tradicionalmente de forma oral en la poesía del hacer. La paciencia y dedicación de Miryam en cada uno de sus actos, como madre, esposa, amiga, vecina y cultora. Todo esto no hace más que afianzar la gratitud que produce tener la posibilidad de trabajar, crear y colaborar con tan bellas personas.