Fue una semana intensa con Francisco ESEC tapia de Grafitti Play y Andrea Moon. Fueron 5 días de intenso trabajo en el graffiti que había diseñado Esec para la entrada de la escuela. Habían llegado el domingo y durante toda la semana pudimos conocer quien era Esec y su misteriosa ayudante Andrea Moon, su discurso, sus sueños de vida, su visión del presente y el futuro y del arte hoy en día. Nosotros a él lo conocíamos solo a través de sus graffitis hace ya varios años en una visita a Tocopilla, quedamos impactados por sus graffitis que destacaban en la calle de la ciudad. Además de tener una técnica muy pulida, un realismo difícil de encontrar en la calle, tenían discurso, tenían ideas. Por eso era para nosotros un gran evento por fin conocernos en vivo y mejor aún en función de un graffitti para intervenir la escuela de Pichcidangui. Esec y Andrea resultaron unos nuevos compañeros de equipo definitivamente, además de ser increíbles personas y habernos adentrado en alucinantes conversaciones durante esos días, pudimos observar con la seriedad y profesionalismo que se tomaban su oficio. Esec no recuerda cuando fue que empezó a dibujar y rayar por la calles, pero dice que al menos desde los 15 años y que es lo que más le apasiona en la vida y que no puede dejar de hacer. Es arquitecto de profesión pero ya definitivamente se dedica al arte urbano y dejo atrás su carrera como arquitecto convencido del poder que tiene su arte y cómo puede contribuir desde lo que más le gusta hacer inspirar especialmente a las nuevas generaciones.
Durante los días de pintura los niños de la escuela llegaban por grupos a ayudar, a preguntar, a aprender y a conocer del arte urbano. El Francisco y la Andrea les enseñaron sobre arte urbano, sobre sus experiencias, sus opiniones de la vida…se transformaron rápidamente en referentes potentes para varios, se notaba cuando se quedaban después de clases ahí en el muro, ayudando, conversando, sintiéndose parte o cuando una niña de 4º básico le dice a la tía Pati “ya no quiero ser médico, quiero ser grafitera” o el “no ma´” creó su tag. Así día tras día causaba más impacto entre todos, vecinos, apoderados, artesanos, profesores… al principio no entendían bien, pero cuando lo vieron terminado pudieron completar todo en su cabeza, es que Esec tiene un estilo propio y de gran nivel, por eso a varios les impactó mucho ver algo así en Pichidangui : “este graffiti es del nivel de Valpo, de Santiago, de Barcelona.. pero esta acá en Pichidangui” dijo un joven artista local que lo vio y no pudo no acercarse.
Es revitalizador cuando ves arte bien pensada y ejecutada en la calle, llama las miradas, te sorprende e inspira… eso pasó con el mural “Convive”, hubo creación en conjunto, cooperación, aprendizaje, amistad y experiencia. Una experiencia redonda para cerrar un proceso redondo.