Las niñas y los niños van todos los días en la tarde al salón “Juan Garfias”, algunas y algunos son vecinas y vecinos de nuestra población, otras y otros viven cerca de la plaza, otras y otros viven en el cerro camino a la antena. Las niñas y los niños cuando nos ven en la calle nos gritan -¡Tía, Tío!- y una vez que paramos para conversar con ellas y ellos nos preguntan -¿Hoy a que hora?- a las 5 le decimos nosotros. Las niñas y los niños mientras nosotros trabajamos en la ambientación, ellas y ellos construyen artefactos y juguetes con material reciclado, algunos quieren aprender a construir muebles, otras y otros quieren jugar, otras y otros quieren pintar, otras y otros quieren dibujar, otras y otros quieren cocer, algunas solo quieren estar ahí. Las niñas y los niños cuando es viernes en la noche y pasan por fuera del Salón y ven las luces prendidas se acercan y miran hacia dentro buscándonos, no nos ven ya que no somos nosotros los que ocupamos el salón a esa hora, sino el grupo de folclore que ensayan para su presentación a fines de noviembre, no entran, pero algunas y algunos se quedan mirando. Las niñas y los niños cuando nos ven en la calle nos gritan -¡Tía, Tío!- y una vez que paramos para conversar con ellas y ellos nos preguntan -¿Hoy a las 5 cierto?-.