Entrados en procesos de cierres de acciones y planificaciones, una vez más, la experiencia concreta del trabajo de campo supera cualquier tipo de planificación que debe, obligatoriamente, volverse flexible y a favor de las relaciones interpersonales en los procesos de desarrollo de los proyectos. Relaciones que no dejan de ser complejas pues lejos de idealizar a las comunidades asumimos sus contradicciones, disputas y rencillas así como también la fuerte necesidad de compartir y progresar en lo que ellos consideran pertinente para sus vidas. Las planificaciones, los mapeos, los informes, las planillas de todo tipo se nos presentan como objetos mezquinos, fríos y distantes. Cumplen una función práctica, es cierto, sin embargo no logran dar cuenta precisa de la nuda vida en comunidad. Nos comprometimos con la comunidad de Chelín para la producción de un libro que documente parte de la memoria de sus habitantes. Todo el esfuerzo que pondremos en ese documento buscará responder de la mejor manera posible a una efectiva representación de esa nuda vida vivida junto a ellos unos cuantos meses. Lo único que importa y por ello nuestro esfuerzo, es la producción del libro «Chelín memoria viva» que ayude a recordar que esas vidas en esa comunidad están mucho más allá incluso que cualquier proyecto de arte.