Magdalena, hija de Miryam, la artesana en totora que conocimos la semana anterior, nos muestra su mundo musical. Ella sabe lo que quiere, ha buscado alternativas educativas para la profesionalización de su arte, tanto en Santiago como en su contexto más cercano. En esa búsqueda es que llega a un taller de música en Coinco, localidad vecina. En ese grupo ella toca el teclado y canta. Sus compañeros también son jóvenes y en conjunto trabajan con el formato banda (teclado, bajo, batería, guitarras y cantante). La acompañamos a su ensayo en Coinco un sábado por la mañana, y una grata sorpresa nos llevamos cuando nos cuentan que la bajista de la banda también es de La Viña. El encuentro con Magdalena nos deja la tarea de conocer a Catalina, otra joven artista de la nueva generación de músicos locales. Ese mismo día en la tarde, ella participaba de la parrilla programática de un evento comunitario en beneficio de la Teletón, también la acompañamos… y nos seguimos juntando en días posteriores, hablamos del canto, de los instrumentos, de las técnicas, del repertorio… en fin, se abrió un universo a la creación e interpretación musical.