Ya finalizando nuestra residencia en la Villa Ñirehuao un cariño enorme nos llevamos de parte de esta comunidad su afecto nos hizo sentir como en casa, contentas por el trabajo realizado y por el apoyo recibido especialmente por las mujeres y sus familia la dedicación y el tiempo invertido, tenemos la satisfacción de haber sido parte de este proceso en un lugar donde pareciera que el tiempo no avanza y que el viento y el frío serán siempre los protagonistas pero logramos lo que pocas veces se ha conseguido en esta localidad generar intercambios culturales entre los mismos habitantes la unión y el trabajo en equipo demostrar que las mujeres somos fuertes y podemos generar cambios y por sobre todo la confianza depositada para nosotras.
Muchas cosas sucedieron que no se podrán reflejar en una foto o un video las conversaciones la tantas mateadas y algunas veces lagrimas mil gracias por acompañarnos en esta corta pero bella historia que recordaremos con el corazón lleno de alegría y maravillosos momentos.