Con Agustín y varias personas teníamos todas las ganas de pintar un mural en el vagón de trenes abandonado a un costado de la estación, los días de trabajo en el mosaico no nos permitió trabajar en él, pero en un impulso de terminar todo lo que habíamos planificado y como homenaje a las mujeres de Ollagüe pinté junto a Fernando, uno de los niños del colegio, dos retratos de personas muy distintas del pueblo, por un lado la difunta Ramona, una de las mujeres más queridas en Ollagüe por su carisma, su sonrisa y las ganas de entregar el conocimiento ancestral quechua, y por otro lado a Dorisleis, mujer nómade que me permitió registrar algunas de sus canciones, a ratos arisca, a ratos dulce, amiga con un carácter muy fuerte, siempre honesta y sin pelos en la lengua.
Otro de los proyectos fracasados fue “el parque Eólico”. Al principio de la residencia empecé a trabajar con la gente que me visitaba en varia Arpas eólicas con la idea de instalarlas pensando en una plaza llena de objetos que se activen con el viento y puestos en uno de los lugares más abandonados del pueblo donde aún se ven los escombros de un gran incendio. La idea era aprovechar el fuerte viento que aparece desde el mediodía hasta la madrugada en Ollagüe, este viento sopla y es capaz de botar gente en algunos casos, lamentablemente no tengo muchos registros de la construcción de las arpas por que las construimos en la intimidad de mi habitación pensando que al final de la residencia haríamos la el parque, pero aquí les muestro una grabación que realizamos una noche que salimos a probar como sonaban.