Miryam González, a quien tuvimos la fortuna de conocer en la reunión convocada desde la junta de vecinos, es además quien nos presentó a la familia de cultores totoreros y nos ha nutrido tan ilustrativamente de las labores de trabajo agrícola, la arquitectura y la historia local. Ella nos abre sus puertas y dadivosamente nos entrega su apreciación del entorno local y nos enseña su oficio como artesana en totora y hojas de choclo. Orgullosamente nos presenta a su hija Magdalena, quien desde pequeña elije ser música y abrirse camino desde el arte. Su apreciación del arte nos habla de los aspectos terapéuticos de la creación artística… “ayuda a relajarnos cuando uno tiene pena o quiere estar sola con sus pensamientos…”. Esta artesana y cultora de La Viña, en sus gentiles palabras, nos invita a reconocer, valorar y recrear los oficios y labores de trabajo agrícola de la localidad ya que “eso es lo que aquí se hace…”.