Con una imagen de un afiche pegado a un árbol iniciaron las bitácoras de este proyecto y con una imagen de afiches concluye. A pesar de las inclemencias atmosféricas de Chelín los afiches con los que nos encontramos parecían resistir las adversidades del viento, la lluvia, las bajas temperaturas e incluso el sol esporádico. Desde una mirada más poética los afiches en Chelín parecen ser una metáfora de la resistencia de sus habitantes. El clima y el implacable paso del tiempo les quita el color, los arruga. Sin embargo persisten, no caen y sólo desaparecen del paisaje cuando alguien los saca y se los lleva. Nuestros afiches también persisten y aunque a nosotros, las rutinas del cotidiano, los compromisos y nuestros orígenes nos han sacado de Chelín, sabemos que de una u otra forma permanecemos en la Isla tal vez como metáfora y compromiso de una relación que, aunque esporádica, manifestó la necesidad de producir formas de visibilización de la memoria como otra forma de resistencia al tiempo inclemente. Por todo, muchas gracias amig@s de Chelín.