Como ya habíamos mencionado en bitácoras anteriores, “se viene una semana intensa de actividades en La Viña”. Luego de esa primera reunión con la junta de vecinos, jóvenes gestores y artistas de la comunidad para la organización de la semana viñana, todo se transformó en un torbellino de colores, colaboración y creatividad. Lo primero fue confeccionar colectivamente muchas guirnaldas de colores para ornamentar las calles y pasajes en los puntos estratégicos de la localidad. En esto participaron más de 20 personas, que fueron de forma rotativa visitando la casa de la Señora Minda (la presidenta de la junta de vecinos), que se convirtió en un verdadero centro operativo. Niños, jóvenes y adultos desfilando para colaborar en esta tradicional iniciativa comunitaria, que nace justamente para financiar iniciativas de bien común. Pero esto es solo el principio, ya que el groso del trabajo comunitario se concentró en el diseño y confección del “Ave del renacimiento”, un carro alegórico comunitario multicolor para la presentación colectiva de las candidatas a reina. Esto debido a que en años anteriores la conformación de las alianzas (por color), estaba demasiado centrada en la rivalidad, llegando a causar fragmentación en el pueblo. Este carro alegórico fue construido con materialidades locales como el choclo y la totora, y por muchas manos voluntarias que fueron llegando a colaborar, ya sea cortando cañas de choclo, soldando, amarrando, tejiendo, pintando, etc. Lo mismo con el lienzo y la escenografía que también fueron elaborados por toda la comunidad, y como parte del proyecto. Todo en su conjunto se consagra en un concepto madre: cultura, tradición, unidad y fiesta en La Viña. Al finalizar las labores constructivas, llegó el gran día, la inauguración del carro alegórico y el inicio de la semana viñana. Un paseo que inicia desde el gimnasio, pasa por las calles de La Viña, luego Quinta de Tilcoco y de regreso al pueblo. Sin duda el color y belleza de la fiesta es un espectáculo valorado por la comunidad, pero la satisfacción de quienes fueron protagonistas está cruzada, y el flujo emotivo que nos arrulló, es una de las experiencias más significativas que como artistas residentes tuvimos la fortuna de vivenciar. El cansancio, las pocas de horas de sueño y el sacrificio de toda la semana valió la pena. De forma paralela, también los artistas locales en conjunto con nuestro equipo, quiso ser parte de las actividades artísticas de la semana viñana, por lo que se preparó números artísticos de música y danza para ese día que daba inicio a la fiesta popular, donde Arturo (el bailarín) y Magdalena (la cantante) dieron un maravilloso espectáculo artístico. Esa jornada llena de color, música y danza no hizo más que coronar una semana colmada de emociones y sensaciones donde la cultura local brilló y fue profeta en su tierra, con un manifiesto apoyo de las más de 200 personas que asistieron a la inauguración.
Estas actividades afianzaron la necesidad de conformarse como un centro cultural, capaz de mantener un desarrollo cultural local autónomo y permanente en el territorio, y abierto a toda la comunidad, pensando en la juventud y las nuevas generaciones, pero con el corazón puesto en la memoria y la tradición que nos brindan los mayores, los ancestros y por supuesto, el bien querido entorno natural. En este momento de clímax de nuestro proyecto de residencia podemos decir que el objetivo de articular la participación/organización/colaboración comunitaria de distintos grupos etarios y los diferentes actores sociales (Centro del adulto mayor, junta de vecinos, escuela, club deportivo y grupos juveniles) de la localidad de la Viña, en la comuna de Quinta de Tilcoco para así reconocer y recrear colectivamente los elementos fundamentales de la cultura local, sus intereses, motivaciones, emociones, cosmovisiones, quehaceres, roles, técnicas, oficios, memorias, su cotidianeidad y modos de habitar, a través de la exploración y expresión artística colaborativa.