“Totoreros”,así se les llama a quienes trabajan la totora. Leonidas y su esposa Rosa, nos cuentan cómo es este arte desde sus labores más primarias, que es la extracción de tranques y humedales, pasando por la descripción de una serie de herramientas y máquinas tecnológicas que ellos mismos han diseñado con ayuda de su hijo y familiares, hasta la elaboración artesanal de cortinas de totora, muy utilizadas para la aislación y decoración de jardines, patios y ambientes.
Esta familia de cultores nos describe generosamente su trabajo, las penas y alegrías de ser uno de las últimas personas que desarrollan esta antiquísima tradición.
Rosa nos habla de sus valores familiares, del amor, la confianza, el esfuerzo, de los principios de la justicia y el equilibrio en el trato entre las personas, y por supuesto del trabajo. Y en esa narrativa fecunda, nos dice la importancia de no dejar morir este arte sin ser reconocido por su valor cultural.