Entre nuestros ir y venir, no habíamos tenido el tiempo para ir a preguntar por la salud de nuestra vecina que está hospitalizada.
Cuando llegamos a vivir a Longaví Centro, no teníamos muchas cosas, casi nada, armar una casa pucha que cuesta, pero muchas de nuestras vecinas nos acogieron muy bien y estaban pendientes en ayudar, la del frente nos prestó una tetera y tazones, otra por allá en una carretilla nos regaló unos troncos de leña, una mermelada por el otro lado, en fin, todas querían demostrarnos su hospitalidad, recomendándonos el buen vivir en el sector.
Y nuestra vecina del almacén, como la llamamos, no fue la excepción, -lo que quieran- (nos decía), no duden en pedirlo. Pero se nos enfermó!, y tremendo susto, con reanimación incluida y una larga hospitalización.
Y en busca de saber como estaba, nos recibe Dangely, su hija y tía del jardín del PMI, y el vecino, su esposo. Nos pusimos a conversar sobre la salud de la vecina, de lo mucho que se extraña y de los cuidados que se venían cuando estuviera de vuelta en casa. Y por otra parte, les contamos de lo que se viene para la finalización de la residencia SITIO, y sin dudarlo, no sólo nos escucharon muy atentamente, sino que ineditamente, –Yo preparo las tortillas-, dijo el vecino. Se nos hizo tarde entre planificación y entusiasmo, y así casi anocheciendo, dejamos algunos detalles por definir para el gran evento.