Hoy estamos en la cuenta publica de Servicio País para una muestra de lo que será el documental SITIO, fuimos para despedirnos, para evaluar y para fortalecer los lazos afectivos, esos que dan frutos, porque con muchos quedamos de seguir, seguir trabajando, seguir viéndonos, seguir en este camino de la cultura, donde colaborando crecemos juntos.
Se agradece a Gabriela Reyes de SP Cultura Longaví, por su apoyo y por establecer el nexo necesario para el trabajo en el lugar.
Nos fue fácil trabajar con esta comunidad, no es fácil trasladares, juntar a vecinos que viven lejos. Cuando llegamos todo era división, nadie quería trabajar, ni siquiera hablar con el otro, solo se percibían divisiones, disputas, diferencias.
Pero después del trabajo, tanto de SP, como el nuestro, vemos una comunidad que se mira y se respeta, que fue capaz de dialogar y de articularse para un bien común.
Finalmente con eso nos quedamos, ese es el valor final de nuestra intervención, el valor de esta residencia, pese a lo difícil que parecía ganarse la confianza de la gente, pese al enojo traspasado de generación en generación, logramos ser amigos, logramos hacer memoria, ver lo que nos unía, construir algo juntos…
Gracias a todos por esta posibilidad, nos vamos más grandes, más sabios, más agradecidos que como llegamos.
Cada historia nos llegó al corazón, y fuimos cautelosos, tuvimos que ser muy respetuosos de sus procesos, pues claro, ¿por qué una comunidad debe abrir las puertas a un colectivo y acceder a un montón de acciones que para muchos al comienzo no tenían mucho sentido? ¿cuál es la obligación de que la gente se abra al desconocido y le confíe sus historias, secretos, sus penas y alegrías? No se fácil entrar en la comunidad de Longaví, pero cuando ya los tienes en el corazón y ellos a ti, nos es fácil despedirse, pero nos vamos porque sabemos que no es un adiós para siempre, nos unen muchas cosas y la más grande es el amor a lo que hacemos, así que nos vemos Lonagví, nos vemos muy pronto.