Durante el día terminé de armar la caja de madera para que Julio guarde sus pinturas, le puse cuatro ruedas en la base para que las pueda acarrear con facilidad. Utilicé un trupán de 5 mm. de espesor para que no quede tan pesado, ya que si le sumamos las pinturas dentro, será muy difícil moverlo. Esto de construir un gran cajón se nos ocurrió porque nos dimos cuenta de que guarda sus pinturas en un lugar poco apto para su conservación, en una pieza de material ligero que se ve un tanto húmeda y las pinturas fueron hechas con témpera aglutinada con cola fría sobre tela o cholguán, lo que las hace muy vulnerables a la humedad. También creemos que este gesto nos puede ayudar a ganarnos su confianza ya que prácticamente somos unos desconocidos y necesitamos que las voluntades converjan en un mismo sentido, la exposición de su obra.
Por la tarde noche nos reunimos con las chicas de Servicio País para comer completos y conversar, ya que ellas nos hablaron de Julio Escobar y nos presentaron al grupo juvenil SK8 del Huique. Les contamos sobre todos estos nuevos encuentros y sobre nuestra voluntad por darle un giro a la residencia. En primer lugar el trabajo con los chicos del grupo SK8 va mucho más lento de lo que esperábamos poniéndonos en el peor de los casos, y no nos sentimos satisfechos con este nivel de obra, la verdad es que somos muy inquietos y hay temas que para nosotros son importantes investigar, como el imaginario campesino, los cantores, las historias de vida, la reforma agraria, el mundo feudal de la hacienda, el arte popular y ahora particularmente la pintura instintiva como la definió Tomás Lago. Así que les comentamos que nos acercaremos a los chicos del Huique para dejarles en claro nuestro punto y buscar la manera de cerrar el proceso de buena forma ya que a pesar de esta diferencia energética, nos llevamos bien y fue una experiencia sin duda enriquecedora, la idea es que se sumen a lo que estamos haciendo con estos grupos de adultos mayores.