Antes de esta residencia tenía un compromiso que cumplir. Durante una semana fui a trabajar al club deportivo “HURACAN” de la población Aurora de Chile, a través del proyecto Rotativa de Carolina Lara, Oscar Concha y Felipe Oliver en Concepción.
Para darles un contexto, la Aurora de Chile es una población ubicada en el sector Costanera a la altura del antiguo puente viejo de Concepción. Con más de 100 años de historia, este grupo de familias es heredera del trabajo a pulso de sus antepasados, quienes a punta de palas y carretillas fueron ganándole a la ribera del Biobío, estos rellenaron con diversos materiales y aprovecharon los escombros que dejaron los terremotos de 1939 y 1960. Así, estos penquistas, construyeron con sus propias manos lo que es hoy uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.
Este sector del Gran Concepción alberga la cancha de uno de los equipos más populares de la región “HURACÁN, el Rey de copas”, las ruinas de la Fábrica de Paños Biobío, la estación de ferrocarril y la escuela Santa Catalina de Siena.
A pesar de su historia y valor patrimonial, las autoridades de Concepción junto con el empresariado inmobiliario, han tratado constantemente de erradicar a estas familias, edificando un barrio comercial en sus alrededores; a su vez el gobierno impulsa las obras del puente Bicentenario que desemboca sobre la Aurora de Chile.
Estas amenazas han afectado constantemente a sus habitantes, propiciando un trato injusto para quienes aportaron directamente en la construcción de Concepción.