Hoy realizamos una jornada de intercambio de materiales para reciclaje. Desde temprano llegaron principalmente niñ@s para compartir choripanes, burbujas, máscaras y música a cambio de cachivaches varios, en el patio de una casa que ya no pasa desapercibida. Luego de haber cumplido con parte de nuestra lista de tareas anteriores, la casa ahora cuenta con una decoración estilo pirata-cavernícola-tecno, con red, boyas, huesos y conchas de mar revestidas de colores fluor. Sutil.
Nuestro objetivo principal era presentar a la comunidad el proyecto, de manera informal pero tangible, que todo estuviese enfocado al intercambio de materiales por experiencias. Desde temprano pintamos las pizarras que señalaban nuestra propuesta, esperando que quien llegara lo hiciese simplemente desde la curiosidad, no como una reunión agendada o como un evento más de los que ya estaban programados para estos días festivos.
Además de la pandilla conformada por Akira, Vicente, Maika, Christopher, Nicolás, Ainhoa y Antonella, nos visitaron Almendra y Alan, junto a su hermano Sebastián y sus amigos, un grupo de chicos que practican capoeira y que conocimos en el catamarán hace unos días. También compartimos con Juan Pablo y Marcelo, dos estudiantes de medicina que hacen su práctica en la posta de la isla y se hospedan con la señora Silvia. Hicimos burbujas gigantes, juegos de capoeira y máscaras de animales con algunos de los tetra pack que recolectamos los días anteriores. Al parecer hay una tendencia a los conejos y dinosaurios, que en palabras de Nicolás son “seres legendarios que han descubierto su verdadero potencial” ¿Cómo lo hicieron? Es una pregunta que seguimos haciéndonos.
El balance al final del día es positivo: Recibimos algunos materiales y logramos activar una tarde fuera de lo común para un día post-18, donde el ritmo que ya era lento se vislumbraba estático. Ahora l@s vecin@s ya tienen una idea de lo que pasa en la casa esa, la que está allá en la curva, la de huesos de colores que pertenecieron a animales legendarios.