Para ir cerrando las actividades de la residencia, hoy decidimos concretar una de las acciones más reiterativas. Bajamos al río Huasco.
La actividad, enfocada a los niños y niñas, consistía en realizar un dibujo de campo. Para ello, le entregué a cada uno, una mochila hecha y bordada por mí. Dentro de ella podían encontrar: merienda, lápiz grafito, lápices de colores, goma de borrar y hojas blancas para añadir a sus carpetas.
Algunas madres nos acompañaron, vi dulzura de ellas hacia sus hijos.