Ya hemos terminado de llegar. Mechi, Mariano, la Nico, Consuelo y nuestro primer invitado, el Nico, al fin nos hemos reunido en la Isla. Otra cosa son las maletas, que aún recorren la región del Biobío con paradero desconocido esperando ser rescatadas, pero de que llegamos, llegamos.
Si pudiésemos hacer un mapa esquemático de la llegada (el viaje es otro mapa pendiente) sería algo como esto:
1) El muelle de San Blass: El tiempo que toma el desembarque es proporcional a la carga del catamarán, en un día concurrido puedes llegar a las 1 de la tarde y pisar tierra a las 2. El resto del equipo te esperará todo lo que sea necesario.
2) Regalos: Llegar a la isla es como una navidad atemporal. Cada quien trae sorpresivamente algo que no se encuentra aquí; un alimento, un juego, un material o un aparato de conexión con el exterior.
3) El Desplome: Aun cuando sólo demoras una hora (y un poco más) en cruzar desde Lota a la Isla, una vez pasada la emoción, el peso del viaje desde Valparaíso hasta aquí cae como saco de pancoras. Tú mism@ caes como saco de pancoras.
4) Hacer una lista de tareas: Toda reunión se consuma mediante una lista de avances, de pendientes y de ideas. Cada integrante va aportando a que esto tome forma, pese a que esta lista en sí misma sea un monstruo que nunca termine de definirse. En resumidas cuentas es un dispositivo de control de ansiedad, en torno al cual nos reunimos como si fuese un fuego.
La lista es más larga, pero para estos días nos hemos fijado cinco tareas principales:
– Recolectar por los alrededores de la Isla materiales para reciclar, tales como: boyas, maderas, tetrapaks, cuerdas, redes y cualquier otro tesoro que podamos encontrar.
– Tunear* la casa para recibir a vecin@s en una jornada de intercambio de choripanes y burbujas por cachureos.
– Preparar las actividades que realizaremos con las cooperativas de costureras pasado el 18.
– Ganar aunque sea una partida de “La Isla Prohibida”, juego colaborativo con un alcance de nombre muy sospechoso.
– Hacer esta bitácora dos veces por semana…
A ver qué de esto logramos tachar.
*Tunear: concepto argentino que quiere decir “enchular”.