Partimos el Martes a las 21 PM mas o menos para Ciruelos. Nos demoramos como 1 hora y media. Llegamos dateados por los mismos cantores de Palmilla a esta fiesta en honor a San Andrés, que al parecer es bastante antigua y congrega cantores de diversos sectores de la VI región. Llegamos y comemos una cazuela en uno de los pocos restaurantes abiertos. Vemos como en la calle se comienzan a poner los puestos de feria, varios de ellos son ecuatorianos. Nos dicen que en la noche es la velada de canto a lo divino en el templo, pero que el día fuerte es durante el miércoles, ahí es cuando viene más gente y se venden más cosas. Nos instalamos en el templo, llegamos justo para la misa (siempre la misma mala suerte), esperamos al fondo de la iglesia que está bastante llena. Son alrededor de las 12 de la noche. A un lado se pueden ver a los cantores conversando, otros escuchando la ceremonia. Aprovecho de preparar los equipos de registro que hemos llevado. El templo es nuevo y muy grande, moderno, coronado con la azulina figura de San Andrés a quien se le representa crucificado en una cruz en forma de X, patrono de Rusia y de los fabricantes de cuerda, entre otras rarezas. Antes de que termine la misa, nos inmiscuimos en la trastienda de la iglesia, donde hay unas pinturas interesantes hechas por algún “pintor instintivo”, donde está retratado el Cardenal Caro, quien nació en esta zona. Luego de la misa, el cura que la oficia comienza a cantar un verso a lo divino. Es algo raro, por qué el cura tiene que ser el primero en cantar y no espera su turno como los demás cantores… cosas del poder. Luego del cura, comienzan a sucederse los cantores quienes están en un ala de la iglesia esperando. Hay alrededor de 50. Unos micrófonos amplifican el sonido para los demás sectores de la iglesia y también para el exterior. Así pasarán toda la noche cantando. Mientras unos cantan, otros conversan, otros salen a tomar algo para afuera. Según nos cuentan, antiguamente a esta fiesta la mayoría llegaba a caballo, muchos de muy lejos, por lo que había que hacer varias “paradas” donde se bebía y comía algo, así que algunas veces llegaban los hombres medios “puestos”. Eso todavía se puede ver en la fiesta. Huasos con sus aperos en la típica posición que estos adoptan cuando “entran en el papel”. Yo me dediqué a registrar toda la velada, sentado cerca de los cantores. Aunque puede sonar aburrido, estos momentos sirven para reflexionar sobre distintas cosas, sobre el mismo canto, las melodías, pensar en las similitudes, diferencias, etc. Nos vamos tipo 5 AM, ya todos cansados y aletargados por la velada. Llegamos como a las 6:30 a la casa, ya de día, con los gallos cantando el alba.