Finalmente conocimos a Juan Fernández, el mediador, otro integrante de nuestro equipo como acordamos. En la Tetería de Contulmo compartimos nuestras ideas, procesos y expectativas acerca del trabajo colaborativo, le hablamos del paisaje sonoro y Juan por su parte nos comenta que esto le llama mucho la atención, así es que decidimos partir. Camino a San Ernesto recorremos nuevamente por otras dos localidades, Calebu y Villa Elicura, pensamos en la posibilidad de abarcar también esos otros sectores en uno de los talleres a realizar. Mientras avanzamos saludamos a todas las personas que con nosotros se cruzan en la calle, son muy amables. Como sabemos que hacia el final del valle se encuentra un negocio local, pretendemos caminar hasta allá. Ese día hacia muy mal tiempo, con frío y casi lluvia nos albergamos en la entrada del almacén, un lugar cálido, como una casita pequeña, nos saluda y nos hace pasar Orfelina, Méndez como mucha familias allí, con ella nos presentamos y hablamos sobre la localidad. Ella le tiene mucho cariño al lugar donde vive, nos dice que es lindo, que es limpio, ha habido problemas con respecto al uso de las aguas y se han solucionado solo con la convicción y la unión de los vecinos, “eso es bueno”, rescata. La señora Orfelina es muy alegre y eso nos da entusiasmo y buenas vibras para empezar. Después de pedirle algunos datos de otras familias para visitarlas y realizar una primera convocatoria de encuentro colectivo y localidad, nos despedimos hasta una próxima vez.