Luego de la experiencia de la semana pasada, en la cual las vecinas tuvieron que dibujar el mapa de subida a su casa, hoy nos reunimos temprano por la mañana, para experimentar un primer recorrido. Mientras preparábamos nuestra merienda en la sede, llegó una nueva vecina a participar, le comentamos del ejercicio realizado la vez anterior, se mostró entusiasmada y de inmediato se puso a dibujar su trayecto. Ya cuando estábamos listos para salir, llegó Katherine Torres del Consejo de la Cultura de la Región de Atacama, ella también quiso sumarse al ejercicio. Escuchamos atentas el recorrido de ambas, para luego decidir en conjunto recorrer el mapa de Pilar, vecina que vive en la última calle de Vista Hermosa, la de más arriba.
Cada vecina llevaba en sus manos una tiza para ir marcando un sector, espacio o lugar que le llamara la atención, la idea era evitar emitir algún comentario al realizar la acción. Luego de atravesar tres calles, dos escaleras y una subida de tierra, llegamos a la “Gruta de la Virgen”, a un costado de la casa roja de Pilar, comenta que la pintó de ese color por las energías.
Acompañadas de la virgen, disfrutamos del descanso, con una vista hermosa, haciéndole honor al nombre de la población. Cada vecina comentó cuál fue el lugar que marcó, todas marcaron lugares que no les gustaban. La reflexión conjunta era lo molesto que es para ellas subir. Da la impresión de buscar una cierta comodidad. Las invité a re descubrir sus caminos, aproveché de prestarles una cámara de fotografía con rollo, la idea es que ésta vaya rotando por cada vecina, con estos ejercicio se busca agudizar la mirada a través de la contemplación.
Para terminar les quise leer un texto que hace alusión a la alfombra, tomando en cuenta que el acuerdo conjunto, fue la construcción de una alfombra como obra colaborativa.
“La alfombra mágica se considera un objeto sin excesivo valor. Pero cuando los que se sientan en su aterciopelada superficie le dicen “levántate”, la alfombra tiembla inmediatamente, se eleva un poco, permanece en suspenso en el aire y después, ¡Zas!, se aleja volando y traslada a sus ocupantes a otro lugar, centro, punto de vista u otra sabiduría”
Mujeres que corren con los lobos
Clarissa Pinkola, pág. 287.