Habiendo recorrido el sector de Corneche en un par de ocasiones anteriormente, habíamos hecho algunos contactos que queríamos seguirles el hilo. El primero era el cantor Prudencio Vargas, perteneciente a la Asociación de cantores y que rápidamente nos dimos cuenta que era “a la antigua”, ya que sabia fundamentos y entonaciones un tanto inusuales. La otro persona que teníamos intención de conocer más era Pablo Tapia, un joven de unos 30 años, trabajador de la frutilla, que nos había contado que estaba intentando hacer un documental sobre el antiguo equipo de fútbol de la hacienda Montealegre, que era la que mandaba esos territorios antiguamente. Pues bien, resultó que don Prudencio además de ser cantor, fue un jugador formidable por allá por la década del 50 del Montealegre F.C., manteniendo hasta el día de hoy una memoria privilegiada. Invitamos a Pablo a ir con nosotros a grabar el testimonio de don Prudencio, con por lo menos tres objetivos. Primero, que viera como se realizaba un registro audiovisual básico de una entrevista. Segundo obtener el contenido de esa entrevista. Y tercero, que ese material le pudiera servir para su proyecto audiovisual. En la entrevista don Prudencio, persona ya mayor, recuerda desde su más tierna infancia eventos y sucesos que pasaban al interior de la hacienda. Luego nos comenta sobre los cantores antiguos para finalmente entonar un Verso por Sansón y otro por Moisés. La segunda parte de la entrevista la realizó Pablo y tuvo que ver específicamente con el tema del equipo de fútbol de la hacienda, el cual por supuesto, era comandado por el patrón. Don Prudencio se acordó de cabezazos, tiros de esquina, pases, y claro, goles. De quienes los hicieron y quienes los recibieron. También de la gesta heroica del equipo cuando ganaron un campeonato y de muchas cosas más. Luego de compartir en la casa de don Prudencio nos fuimos por invitación de Pablo a almorzar a su casa con su señora. Camino para allá, un pocos metros al salir de la casa del cantor, vimos la “piedra de Sansón”, que el mismo Pablo nos dijo que se llamaba así. Fue allí cuando el Atlas comenzó a tomar forma.
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