Precipitándome a los hechos, claramente mi ansiedad y entusiasmo se apodera de mí y me obligó a bajar tres cambios. La altura te exige moverte con pausa y sin apuro, o si no el corazón lo sientes en la garganta. Mi subida a Belén me deja algo intranquila, la recepción es defensiva, se siente en los pocos habitantes que quedan, su distancia y desconfianza hacia las instituciones y servicios públicos. De inmediato me presento y explico que vengo por un proyecto impulsado por el CNCA Red Cultura, pero que trabajo de manera independiente y apolítica, que el proyecto que propongo es una invitación abierta para trabajar en comunidad y generar instancias de reflexión a través de talleres artísticos.
La Residencia comprende el trabajo con las comunidades de Belén y Tignmar o Ticnamar, ambos nombres utilizados para un mismo lugar. Se dice que se modificó a la llegada de los españoles y que por una cosa de pronunciación se cambia posteriormente la G por la C. En aymara t’ikanama, significa «lugar florecido».
La micro rural sube los días Martes y Viernes a las 8:00 am en punto desde el Agro por la salida de la Virgen de Las Peñas. Esta vez subo con Ángela y Daniel, chicos que trabajan en Servicio País, FUSUPO. El camino que tomamos esta vez es distinto. Hacia el sur de Arica se encuentra la ruta A-31 por la pampa de Acha, sector donde emergen las famosas esculturas de Juan Díaz Fleming, las distinguidas Presencias Tutelares, una propaganda de Coca Cola gigante en un cerro y la cárcel de Arica. El bus lo conduce don Eric, todos en la micro se conocen, me miran a ratos con curiosidad. Hay paradas obligatorias como lo es a la animita de la fallecida Gobernadora de Parinacota María Isabel Marcelo, muy querida y respetada, oriunda de las localidades de Murmuntani, Chapiquiña y Belén.
Llegamos a nuestro destino esperando poder presentarme con los niños del internado El Marquéz, para mi desgracia justo el director había bajado a Arica. Puedo comunicarme con el profesor Humberto y muy amablemente recibe el proyecto como una oportunidad para los niños del internado para jugar, aprender y conocerse a través de la residencia. Con la ayuda de mi mediador en terreno me logro presentar con los niños de la escuela. Les explico e introduzco el proyecto y les comento sobre las etapas que propongo para el tiempo que vamos a compartir.
Les hablo sobre el laboratorio de dibujo y autorretratos, sobre el laboratorio de volumen y máscaras a partir de mitos y leyendas, salidas a terreno, propuestas para murales en la escuela y adaptar la sala audiovisual para recuperar su uso y realizar una muestra de los trabajos de la residencia como cierre de la experiencia. Muy entusiasmados reciben mi invitación y generamos nuestra primera cercanía a través del dibujo, unos más tímidos que otros. En esta escuela son 9 hombres y 6 niñas sumando un total de 15 jóvenes de primero a octavo básico, que pasan de Lunes a Viernes en Ticnamar, dos de ellos viven aquí otros son de Belén o de Saxamar y la mayoría de Arica. Son muy cariñosos.
Voy a conocer el pueblo antiguo, que por la crecida del río en 1959 desapareció todo menos la iglesia que se mantiene cerrada, junto a su campanario. Visito el cementerio viejo y el nuevo. Las tunas, los eucaliptus y las coronas de flores de las cruces se llevan el protagonismo. El río está seco, no por mucho ya que en Diciembre comienza el invierno Altiplánico o Boliviano popularmente conocido, donde las lluvias no cesan hasta Febrero.
El miércoles aprovechamos la micro inter rural para concretar mi alojamiento en Belén. Pasamos por Saxamar y por Lupica en el camino. Los eucaliptus parecieran hablar. Conozco a la señora Adela y a su esposo Marco, dueños de la hostal La Paskana (Lugar de descanso), muy amables me reciben y escuchan atentos sobre la residencia, los contextualizo y me presento. Logramos un acuerdo entre las fechas que trabajaría en Belén turnándome por semana y movilizándome siempre los miércoles para poder llegar a ambas comunidades. Me dejan invitada a la fiesta de Todos los Santos el día 1 y 2 de Noviembre ya que ellos son los mayordomos de esta festividad. Acepto encantada.
Volvemos en la misma micro que había subido hasta Putre de regreso a Ticnamar. En el interior se siente que el día es más largo, que los minutos pasan más lento, la estática y la cercanía de los cerros permiten que el día sea muy provechoso. Vamos en búsqueda de la señora Merita, justo la pillamos con los maestros refaccionando su futura hostal Manq’a Siñani (Yo como aquí). Nos habla sobre sus labores con la comunidad y su interés sobre postular a un fondo para obtener energía solar para el agua caliente. Le aprovecho de hablar sobre la residencia y la dejo invitada para realizar el primer taller con los niños del internado que abarca temas como diversidad e identidad cultural. Acepta la invitación y fijamos fechas.
Al otro día tengo el placer de conocer a la señora María nos invita a tomar desayuno en su casa y la ayudamos a sacar el pancito que hace en su horno de barro. Literalmente llenaban una cama de dos plazas, humeantes y deliciosos los panes amasados recién horneados. María nos cuenta sobre su emprendimiento familiar en Arica, un Restaurante llamado Las Queñuas, que recientemente había sufrido un siniestro pero que por suerte no pasó a mayores. Nos habla sobre sus animales y nos da de probar su propio queso de cabra, el más delicioso que he probado hasta el momento. Le comento sobre el trabajo que espero poder realizar con la comunidad, le pregunto si será posible usar la sede para talleres con los adultos. Se muestra receptiva y entusiasta es muy amable.
En las alturas se nota una fuerza femenina matriarcal implacable. Aquí todas se involucran con la comunidad, el esfuerzo y la perseverancia es la clave para los pocos y pocas que quedan habitando estos hermosos y misteriosos pueblos precordilleranos.
Finalmente conozco a don Alex director del internado El Marquéz, me mira de pies a cabeza y me aconseja que hable con el CNCA para que se le dé aviso formal de las actividades ya que los niños ya tienen sus horarios copados, me pide mis antecedentes. Le hago entrega de los documentos y le explico sobre el sentido que tiene el trabajo que vengo a realizar con los niños y ojalá también con los adultos, que nada es de imposición sino más bien es una invitación.
Ahora bajando a Arica preparando la logística en mi mente para volver a subir con todos los materiales, ya conociendo el territorio y entendiendo cómo adaptar el proyecto a las necesidades que se presentan en cada caso, adultos/as y niños/as. Siempre todo es más complejo con los adultos. Pero con el trabajo y el compromiso espero poder revertir esta situación.
En la micro me hablan sobre los gentiles, su presencia y leyenda de su paso en la tierra. Eran pequeños y vivían en la penumbra habitando los famosos pukara, se dice que los quemó el sol. Me comentan que arriba del Mallku El Marquéz hay vestigios de gentiles, que por respeto se les deja en paz. Mucha gente trafica ruinas arqueológicas pasando a llevar el orden sagrado. Nadie ha podido subir el imponente cerro que antiguamente se sabía que abundaba en riquezas y oro. También me hablan sobre un gran falo entremedio de la cordillera. Muchos misterios y susurros habitan en el interior.
Pido permiso con mucho respeto.