Hoy retomé el trabajo en la oficina más grande y hermosa de Sudamérica en plena plaza del Huique. Esta vez instalé la mesa, las bancas y las pizarras. Determiné no llevar los block de dibujo y que todo ocurriera en las pizarras, y así fue. Primero llegaron los niños corriendo a dibujar, al ver la pizarra y señalarles que trabajaríamos ahí se entusiasmaron de tal manera que sin esperar se precipitaron sobre ella. Pasado unos minutos, tímidamente se acercaron otros niños, que desde un poco más allá entre que jugaban a la pelota o se divertían en los columpios y nos observaban con curiosidad, finalmente, en el momento de mayor convocatoria, figuraban 8 niños dibujando en la pizarra. Al comienzo los dejé completamente libres y así es como realizaron un primer dibujo lineal, sencillo. Lo fotografié, lo borraron y comenzaron un segundo dibujo. Esta vez, al sumarse más chicxs, comenzaron las discusiones sobre qué dibujar, entonces, una vez terminado el segundo dibujo se hizo necesario sentarnos a mirarlo y a conversar, nos dimos cuenta que aunque cada dibujo en sí mismo concentraba su propio interés y a simple vista diferían temáticamente entre sí, al darnos un tiempo para observar tratando de darle un sentido al conjunto, algo se revelaba, y esa discrepancia temática nos permitía imaginar historias, sentidos. Acordamos que para este tercer dibujo nos plantearíamos desde una temática particular, así es como Jorge (autor del dibujo “Tunning no es delito”) dio la idea de dibujar un auto en un paisaje. Fotografiamos el segundo dibujo, lo borramos y comenzaron el tercero. Jorge con esmero dibujó el auto, otros niños dibujaron cerros, otros dibujaron árboles y ahí fue cuando por segunda vez tuve que intervenir unos minutos. Nos detuvimos un breve momento a mirar los árboles de la plaza y nos percatamos de lo diferentes que eran entre sí, en tamaño, forma y color. Continuamos con el tercer dibujo. Violet y María dibujaron una casa, luego comenzaron a pintar con las tizas y a cubrir toda la superficie, ese momento fue épico porque todos los niños de manera muy natural se revelaron ante las limitantes del material –pizarra y tiza- haciéndose del espíritu de la pintura, deformando los planos, saturando las superficies. Cuando me pidieron que fotografiara noté en ellos una alegría y entusiasmo muy particular, la satisfacción del logro en equipo. Estaban en la misma frecuencia, esa era la idea. Además ocurrió en esa pintura un gesto maravilloso, un regalo plástico visual soberbio. Jorge en un momento, pasó el paño húmedo por la pizarra con la intención de borrar algo, pero su instinto plástico le dio sentido a ese “borrón” y comenzó a determinar ese gesto como uno más dentro del cuadro. GENIAL, simplemente perfecto. Le dediqué unos segundos a esa observación, nos reunimos frente a la pintura y conversamos al respecto y les comenté que aquel gesto, aquella forma de visualidad se llama “contraforma”, es decir, cuando un gesto intencionadamente visibiliza su negativo, es como hacer algo para que aparezca otra cosa, es como pintar el fondo para que aparezca la figura o desde la figura construir un fondo. Fotografía de rigor y comenzaron la cuarta pintura. Ahora ya eran menos chicxs, quedaron los fascinados, los que vibraron.
En un momento, mientras los niños transformaron una pizarra común en una pizarra mágica, llegaron Brandon y Sergio, ambos integrantes del grupo Sk8. Les pedí que fueran por la pizarra más pequeña, y a su regreso, fui directo al grano sin rodeos. Les recordé los intereses que habían manifestado (Video clip del rap que hicieron y el mural que quieren pintar). Les pregunté por sus referencias temáticas, por las cosas que los representan y así comenzamos a escribir y divagar. Se me hace complejo reproducir las derivas, eso significaría varias páginas más de bitácora, solo para este día, señalaré que compartimos un gran momento de iluminación.
Les hablé de una relación que establecí entre los software para construir pistas musicales en formato MIDI y la escritura Neumática del siglo XII, todo esto porque apareció la idea de representar el gusto que tienen por la música. Además, el sábado 21, en el recorrido por el Museo, nos encontramos con el libro de cantos religiosos escrito en Neumas, pues su estructura gráfica es muy parecida con la escritura MIDI, una reveladora curvatura del tiempo y el espacio.
Luego pasamos al fútbol. Interés común entre visitas y locales.