Cuando los participantes llegaron al primer encuentro, eran un poco tímidos, pero pronto comenzaron a identificarse y fluir con el proyecto.
Muchos querían un taller de fotografía, aprender a manejar una cámara profesional, usos técnicos. Y ahí comenzaron las transformaciones de sus ideas, la búsqueda de su realidad. Los enfrentamos a la cámara pero desde el lenguaje visual. De nada sirve saber usar una cámara sin saber qué decir con las imágenes que logras.
El primer día se retrataron entre sí.