Hemos comenzado el trabajo práctico y conjunto. La escalera que nace en el pasaje San Francisco y termina en el pasaje Esperanza, es la que hemos decidido pintar. Antes de ello, partimos limpiando sus alrededores, luego de observar allí un pequeño punto de contaminación, agudizado por pircas mal construidas y un claro desorden de piedras, las que evidencian un trabajo no terminado por parte de del Municipio.
La escalera de treinta y siete peldaños fue el escenario de hoy. Al salir de la sede vecinal, los niños y madres comenzaron a limpiar, a pesar de no llegar a la escalera, ya se veían ansiosos por sacar la basura. Fue así como de inmediato se abrieron las bolsas. Las vecinas que no participaban de la actividad se asomaron desde sus balcones y ventanas a observar, incluso algunas salían de sus hogares a presenciar dicho espectáculo.
El tiempo de la mañana pasó rápido. Cansados todos y todas regresamos a la sede para compartir una colación.