El Trawun se realizó en una cabaña que queda al fondo de la casa de doña Fidelina, 10 minutos antes del encuentro empezó a llegar la gente, ¡marri marri lamgen!, ¡marri marri peñi!, ¡marri marri compuche!, ¿chumbleimiam?, ¡kumelen! ¿eimi kay? se escucha por todos lados y se empieza a llenar el lugar. Llegaron lxs integrantes de Antuñifutum y las personas que se sintieron convocadas. Aquí nos presentamos oficialmente, compartimos nuestras historias, de dónde venimos, hablamos de nuestras familias, de nuestra manera de pensar, del trabajo de la residencia y de lo hermoso que está siendo compartir nuestras historias y trabajar juntos. Este momento fue intenso, íntimo y emotivo, no ha sido fácil organizarse aquí, las historias de los pioneros europeos, los gauchos y el turismo alrededor de la cultura Teguelche han prevalecido a las historias de los Williches continentales y chilotes que poblaron esta región y que en varios casos migraron forzosamente por la violencia en el wallmapu, la discriminación y la falta de trabajo. En estas tierras encontraron un poco de paz, tierra y animales para trabajar, hicieron familia con gente procedente de diversos lugares, enfrentaron sus conflictos y amaron Chile Chico. Mi abuela aparece por todos lados, esa manera chilota de hacer las cosas, el olor a madera y humo, la mirada trabajadora, la bondad de hacer por los demás está en todas partes, acordamos empezar a trabajar colaborativamente.
Aquí empieza mi residencia.