Vengan a cantar
pájaros que oímos como viajeros ebrios
despertados por campanas desconocidas
en un pueblo donde en vano buscamos el alero familiar, el nido,
porque nos desconoce el cielo que envejece
y no quedan abuelas que nos cuenten la historia del cuento de la infancia.
Floridor Perez
Despertamos temprano y vamos a la Biblioteca Pública de San Pedro a encontrarnos con María José Tapia, Encargada de Cultura y Turismo de la Muni. Es día de feria en San Pedro, la calle principal está bloqueada por esta. La reunión comenzó a las 10:30 y terminó a las 13:00. Surgieron varias ideas: armar un espacio en la biblioteca dedicado al canto a lo poeta, con fotos, textos, etc. También realizar un breve taller de encuadernación con estudiantes a partir del archivo local que construiremos.
Luego de la reunión partimos hacia Litueche para encontrarnos con Gastón Luna, quien se integra a la residencia desde Cauquenes. Mucho calor. Almorzamos (humitas, pavo y pollo). Luego nos dirigimos a Corneche, vía Rapel de Navidad. Allí se está realizando un programa piloto del Ministerio, de aprendizaje de canto a lo poeta en una escuela rural. Llegamos a una sala de clases donde Constanza Ceballos, cantora a lo poeta y Domingo Pontigo están realizando una serie de juegos y dinámicas con un grupo de 10 niños de educación básica en torno a los ritmos y melodías del canto a lo divino. Se dan dinámicas de aprendizaje bonitas, participativas, de disociación de elementos, etc.
En los caminos recorridos nos vamos encontrando con criaderos de chanchos, los cuales generalmente no se ven, se “sienten”. En algunos caminos internos nos enfrascamos en tacos producidos por cortes, donde se forman hileras de camiones que trasladan purines y otras putrefacciones. El olor a veces es insoportable. Debiéramos hacer un mapa de olores.