Junto a Majo Puga pasamos una jornada donde el papel y la importancia del hacer consiguieron seducir a todos. En la escuela de Ayacara y el patio que usaríamos como espacio, había ganas de algo diferente. El grupo estaba expectante, aunque de a poco comenzó a llegar, buscándose y mirando los papeles dispuestos que la artista invitada traía, con ganas de empezar pronto. Nos sorprendió la velocidad con que el grupo creo mas de 70 papeles en apenas dos horas; bastidores nuevos hechos en el momento, conversación en torno al oficio, lo que se estaba haciendo y cotidianeidad pareció en ese momento más importante que intentar quebrar ese diálogo espontáneo y transversal en torno al hacer del momento. El tema cartográfico, el dónde se está dentro del territorio y la identificación de espacios-lugares en él, sería mucho más importante si se realizaba por un lado en conversaciones mas íntimas, y por otro, en un ejercicio colectivo que había ya que empezar a pensar. El azul cubrió la tarde, y aunque las ideas metodológicas fueron finalmente más flexibles de lo planteado y en pleno desarrollo de la actividad cambiaron, estábamos los diez con un compromiso y motivación simple, conjunta, entrelazada y colectiva.