BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Atlas popular de Ayacara Ayacara - Chaitén, Los Lagos - 2018 Residente: Angie Saiz
Publicado: 4 de marzo de 2019
Las cosas por su nombre

Sabíamos los del grupo y todos con quienes habíamos conversado sobre nuestro proyecto, que no bastaba con lograr difundir el impreso para dar a conocer el trabajo que realizamos juntos. Si bien la residencia no buscaba lograr un hito o producto final, para el grupo alcanzar la meta de despertar por un lado a la Península de Huequi culturalmente, y por otro dar a conocer lo hecho colectivamente dentro de ella, y al menos al resto de la región, resultaba fundamental. Con algunos tropiezos e intentando llegar a lo que sería realmente un aporte para el territorio, terminamos la página web del proyecto: www.mapapopularpeninsuladehuequi.home.blog que recoge la versión digital del impreso producido, además de algunos registros fotográficos del proceso desarrollado. Una vez publicada y lista, comenzamos la semana de distribución por la comuna. Cruzamos hasta Chaitén para  volver ahora con los resultados del proyecto a las localidades y zonas que en parte habíamos identificado antes de la estancia en residencia, como puntos importantes a abarcar para dar a conocer lo que realizamos. Así, y durante unos ocho días, teniendo como punto central la zona de Lago Yelcho -importante entrada a la más profunda carretera austral y por tanto muy concurrido- se recorre la comuna en los sectores del mismo lago, en la ciudad de Chaitén, en los accesos del Parque Pumalín, tanto norte por el sector de El Amarillo y sus termas, como también por el sur en Caleta Gonzalo, donde acampamos unas noches para abaratar costos, entregando, pegando en muros autorizados y dejando nuestros mapas. Hacia el sur, ya entrando a lo que llaman la Patagonia, llegamos hasta Villa Santa Lucía, allí me encuentro con Patricio Ide, presidente de la Junta de Vecinos del poblado que hoy recién comienza a renacer después de haber quedado sepultado bajo el barro tras el aluvión del año 2017. Pato recibe feliz los impresos y se compromete a entregarles a todos en el lugar, sin dejar de señalarme las ganas que le dan de que allí se hiciera algo similar para levantar nuevamente la villa. Me explica que la Junta de Vecinos tiene el nombre de “Villa El Frío”, que es como se llamó hasta el año 73´el poblado, por el río que casi le cruza y que lleva el mismo nombre. Conversamos sobre la importancia de volver a llamar los lugares como han sido originalmente nombrados por sus características geográficas, y me cuenta que así como la Carretera Austral continúa llamándose “General Augusto Pinochet Ugarte” -con un letrero de grandes dimensiones que se cruza en la vía si se llega hasta La Junta, ya en Aysén- su villa fue cambiada de nombre en honor a la esposa del dictador. Pato siente que el aluvión de hace un par de años fue de alguna forma, una manera de recomenzar y partir de cero, y por ello la Junta de Vecinos que preside lleva orgullosa el nombre de El Frío, “como debería ser”.  Preparando el retorno para la distribución en el resto de la región, tanto por Puerto Montt como por Hornopirén y Caleta Pichicolo, retomo esas ideas de identidad desolada pero fundamental de rescatar, y tal como Pato me decía, comienzo a valorar eso de que la comuna de Chaitén a pesar de sus distancias engorrosas y costosas, debe unirse en un solo plan cultural que la potencie, y que logre de una vez sacar adelante este lugar repleto de historia y paisaje cien por ciento chileno.

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