“… la cultura y las artes no deben solamente ser contempladas como un conjunto de productos de consumo, sino también como procesos y sistemas que forman parte de la vida y la comunidad.”
Love (Differing diversities, 2001)
Finalmente se logró la gestión para llevar a cabo el Bingo del Jardín Sol Naciente en las dependencias del Centro Cultural Comunitario. Se ha ido generando y posicionando ya la idea de el Centro Cultural como un lugar de extensión de las Villas, los vecinos han ido entendiendo que es suyo, como un gran beneficio y también como una responsabilidad fundamental para el desarrollo y crecimiento de la comunidad.
Mientras disfrutábamos del bingo junto a los invitados que fueron a colaborar con el jardín, nos enteramos de un hecho que había ocurrido en las últimas horas. Un asesinato y la posterior venganza que incluyó la quema de la casa del homicida al interior del barrio.
Al día siguiente. Nuestras actividades tenían que ver con los talleres y una completada hecha en colaboración con vecinos y las organizaciones que trabajan en el Centro Cultural Comunitario. Contamos nuevamente con la presencia del señor Gobernador y el diseño de pasadizos de agua en la Plaza del Sol Naciente con unos tubos de PVC hizo a los niños disfrutar de una mañana refrescante, mientras se llevaban a cabo los talleres de capoeira y yoga, además de la preparación de los completos para todos y todas.
La tensa calma que se sentía en el barrio fue despertada abruptamente con la llegada del cuerpo y los balazos al aire que lanzaban en “homenaje al caído”. Debido a esta contingencia se decidió dejar la actividad hasta las 15:00 hrs. solamente, para así, evitar cualquier tipo de problemas para los vecinos en sus traslados.
A propósito de esto, los vecinos nos contaron que al interior de las villas existen muchas armas y muchas de ellas de alto calibre, armamento pesado que forma parte del día a día de algunos grupos. Las balas locas más de alguna vez han cobrado víctimas inocentes y existe una especie de “acuartelamiento” en ocasiones como esta, producto del peligro que supone encontrarse con la mala suerte de un proyectil perdido en el camino a casa.
La reflexión con la que inicia esta bitácora es a propósito de esto. Si bien dentro del barrio las cosas estaban complejas, la gente “guardada”, las calles vacías y el ambiente denso; el Centro Cultural Comunitario se transformó en una especie de refugio para todos los que allí estuvieron, su ubicación geográfica y la idea que lo soporta y configura hace de él un espacio fundamental en el sentido más amplio y en la multiplicidad de significados del concepto de CULTURA.
Si algo faltaba para confirmar la urgente necesidad de este Centro Cultural Comunitario, esta experiencia, su observación y análisis lo termina de ratificar. Hoy existe un pulmón cultural en el barrio para acoger a todos y todas en sus más amplias necesidades culturales, artísticas y educacionales.
Hoy todos somos un poco mejores.